El director alemán Tom Tykwer dirige esta película, un thriller personal sobre conspiraciones internacionales de un gran banco. Una ficción que seguramente no lo es tanto de plena actualidad en la crisis financiera que estamos sobrellevando.
La personalidad de Tykwer se nota en el proyecto, pues no dista mucho de lo que podría ser Quantum of solace, una película de James Bond sin James Bond. Además de una mayor ambición y realismo del guión, las escasas secuencias de acción están perfectamente planificadas y bien filmadas, todo lo contrario de lo que ocurría en el último Bond. La película está llena de aciertos y recursos visuales que la favorecen enormemente.
Curiosamente se podría encontrar más de una secuencia parecida a Quantum of solace, como la persecución en coche por una carretera de la costa. Lo que allí era algo borroso e ininteligible, en The international se convierte en una persecución corta, sencilla e imaginativamente bien resuelta. Pero si alguien es amante de las largas secuencias de acción, aquí también tenemos una, la del glorioso tiroteo en el Guggenheim, que rápidamente se convertirá en un símbolo de identificación para esta película.
Tyjwer tiene la capacidad de ir variando y ofrecernos estilos diferentes según dónde viaje Salinger (Clive Owen). En Berlín podría decirse que tiene un estilo sobrio, de película realista. En Italia parece rodado como un telefilm (en el buen sentido) o serie televisiva policíaca europea. En Nueva York nos recuerda al cine policíaco de los 70, para finalizar en Estambul con una persecución en los tejados, visita obligada cuando aparece esta ciudad en el cine de acción.
Mención aparte hay que dársela a Clive Owen, que tiene que aguantar sobre sus espaldas todo el protagonismo de la película. Un personaje bien definido, que ha empeñado su vida en la inútil tarea de derribar un banco multinacional, el IBBC, que se enriquece gracias a los conflictos bélicos (eufemismo de guerra). Una lucha que le ha llevado a ser expulsado de Scotland yard, a dormir dos horas diarias, a comer mal y a tener poco o nulo sexo (como se dice en uno de los (pocos) divertidos diálogos entre Salinger y Eleanor (Naomi Watts)).
Hay que tener en cuenta que no es un thriller al uso, pues la película se basa más en el conflicto interior que tiene Salinger con respecto al IBBC. Más bien parece que lo importante es cerrar bien todos los cabos en lo que respecta a Salinger, que encuentra (de algún modo) saciar su venganza del único modo posible. Sin embargo en lo que respecta a la trama general del IBBC, no queda cerrada, como si nos quisieran decir que es imposible acabar con estas grandes instituciones, dueñas del mundo.
A costa de tener a Salinger comol hilo conductor de la película, el resto de personajes pasan bastante más desapercibidos. Incluso Naomi Watts parece una mala actriz al lado de Owen.
Ojalá la Sony tuviera el buen ojo de contratar a Tykwer para una nueva película de James Bond o si no al pobre (y pobre es un decir) Daniel Craig lo veo despidiéndose del personaje.
Lluís Alba
Subscriure's a:
Comentaris del missatge (Atom)
1 comentari:
No he visto la película, pensaba que sería una de estas de acción de las típicas, me fio de tu criterio, para vrla, gracias
Publica un comentari a l'entrada