dimarts, 21 de desembre del 2010

Balada triste de trompeta

Se ha dicho que esta es la peli más personal de Álex de la Iglesia. Será por la ausencia de un argumento ordinario, en el que el espectador controle la situación y no se sienta perdido. O que es su peli más tarantiniana. Yo me lo tomaría como un elogio, pero ese es un adjetivo automático que aparece cuando Tarantino te premia en Cannes.

Tiene elementos que podemos haber visto en el resto de su filmografía, sin ir más lejos, la época y el argumento podría emparentarla con, la que a mi parecer es su mejor película, Muertos de risa. Sin embargo, la pelea continua entre estos dos payasos se mueve en todo momento por el mundo de lo absurdo. Y nos ofrece una sucesión de secuencias que, como los protagonistas hacen con sus rostros, desfiguran siniestramente la imaginería cartoon.

La ambientación en los últimos años del franquismo, acentúa esa doble lectura con las dos Españas luchando entre sí. Y cómo la mayoría de españoles vivieron como los secundarios de esta película, sin influir en ninguno de los dos payasos ni pintar nada en el argumento.

Dos payasos de rostro desfigurado, dos caras de una misma moneda, como la dualidad entre los héroes y villanos de los cómics de superhéroes a los que de la Iglesia homenajea con esa versión tétrica del Batman de Burton. Emulando el nacimiento de El Joker o visualizando una imposible Batcueva en el interior de El valle de los caídos.

De la Iglesia parece sentirse a gusto con Carlos Areces, su nuevo actor fetiche, e influenciado por el humor absurdo de Muchachada Nui. Incluso, en algunos momentos, me parecía que era Joaquín Reyes el que interpretaba al otro payaso, en lugar de Antonio de la Torre. Pero puede que sea yo el que añore al payaso que interpretaba Joaquín Reyes en La hora chanante y quiera verlo donde no está.

La peli está llena de guiños y pequeños homenajes a la cultura televisiva que debió mamar de la Iglesia en los 70. Pero, el que más me llegó, fue la oportunidad que brinda la película a Fofito para enfundarse, por primera vez, la piel del payaso listo.

Lluís Alba

dijous, 16 de desembre del 2010

Franklyn

Con dos años de retraso, llega a nuestras pantallas Franklyn, la opera prima de Gerald McMorrow.

Una película que combina, sin tapujos, fantasía gótica con el melodrama más intimista que aborda las relaciones afectivas con las personas ausentes. Una idea bastante ambiciosa y difícil, que solo al final cobra sentido. El problema es lo que ocurre mientras llegamos a ese final, pues la falta de un hilo común entre las diferentes historias no se compensa con un interés autónomo de cada una de ellas.

Con una estructura es similar a la de un thriller de Agatha Christie, donde el final sirve de explicación de la película, salvo que no llega a enganchar por la ausencia de suspense. En términos comparativos, sería como la antítesis de Perdidos, que se basaba más en entretener mientras duró que en otorgar un final donde encajaran todas las piezas.

Cabe destacar el logrado mundo de fantasía en la ciudad de Meanwhile, toda una referencia al mundo de los cómics, protagonizada por una versión del Rorscharch de Watchmen. Curiosamente, más de una secuencia de acción parece copiada de la película de Zack Snyder… salvo que Franklyn se estrenó un año antes.

La película gana en el recuerdo del espectador, que debe enfrentarse a sí mismo contra el “yo” pasado que todavía no ha visto el final de la película para decidir si vale la pena o no.


Lluís Alba

divendres, 10 de desembre del 2010

Biutiful

Biutiful es el primer largo que rueda el mexicano Alejandro González Iñárritu sin la colaboración de Guillermo Arriaga, quién ya debutó en solitario con Lejos de la tierra quemada.

Vistas ambas películas, se puede deducir fácilmente que la atracción por las historias cruzadas nace de Arriaga. Pues Biutiful mantiene el mismo tipo de historia, llena de gente y situaciones desgraciadas, pero manteniendo el eje en un protagonista principal: Uxbal (Javier Bardem, pidiendo otro Oscar). El resto de personajes, siguen estando bien trazados, pero sin profundizar en su vidas, por supuesto también miserables.

Uxbal es un drogadicto que se gana la vida haciendo de intermediario con la inmigración ilegal, vive en un piso cochambroso (¡Por favor! ¡Que alguien le obligue a sacrificar esas polillas moribundas!), su mujer es bipolar, pega a sus hijos y se acuesta con su hermano. Nada más empezar la película descubrimos que tiene cáncer terminal. Su padre murió cuando era un crío. Y, por si fuera poco, (como diría Carlos Marañón) es del Espanyol.

No sé si González Iñárritu filma estas películas para demostrarnos que, a pesar de lo que pensemos de nuestras vidas, siempre hay alguien más desgraciado. Pero lo que sí sé es que no busca ningún realismo, como demuestra la extraña utilización del catalán, similar al spanglish que los inmigrantes hablan en EEUU.

Lluís Alba

Uncle Boonmee recuerda sus vidas pasadas

No hay nada como ver esta película en la sesión de las 16:00 sin haber dormido una siesta. Pues El tío Boonmee recuerda sus vidas pasadas, es una película sin coherencia argumental por la que desfilan diversos pasajes como si fuera un sueño.

Entre cabezada y cabezada pude observar que la película tiene la virtud de evocar las mismas sensaciones de recordar un sueño mientras despertamos. La diferencia es que los sentimientos que han acechado sobre uno mismo son difíciles de explicar y mucho menos de hacerlos sentir a los demás.

Esta película tailandesa ha tenido la eficacia de introducirse en los sueños del jurado de Cannes, para así facilitar su estreno mundial, al cual solo acudiremos los cuatro matados de siempre. Los que defendemos y apoyamos que, también, cualquier propuesta personal debe tener la oportunidad de exhibirse públicamente.

Lluís Alba

dijous, 9 de desembre del 2010

Las crónicas de Narnia: La travesía del viajero del alba

La crisis mundial también afecta al cine mainstream, incluso a una saga poderosa como Las crónicas de Narnia. Tiene todo para triunfar: adapta unos libros conocidos, está destinada al público infantil (el que más llena las salas) y es respaldada por el lobby cristiano. Los resultados económicos de El príncipe Caspian no fueron lo suficientemente aceptables para Disney que renunció a continuar adaptando los libros de C.S. Lewis. Fox acude al rescate, disminuyendo presupuesto y metraje (a menor duración, más sesiones para rentabilizar la película).

Lamentablemente todos esos problemas externos afectan a la película. Los resultados artísticos están muy por debajo del alto listón dejado por El príncipe Caspian. Lo que podría haber sido una de las mejores adaptaciones de la saga: una aventura marítima al más puro estilo de Simbad, Ulises o Jasón y los argonautas, acaba convirtiéndose en una serie de secuencias inacabadas sin un hilo conductor consistente.

El metraje, ajustado a los estándares del cine convencional, lejos de dotarla de un mejor ritmo, lo único que consigue es que cada episodio sea visitado con superficialidad y se obvien las motivaciones para que un rey emprenda un viaje de tales características, se deje de indagar en los paralelismos históricos con las provincias lejanas a la capital de Narnia o que se omita cualquier explicación profunda sobre la expulsión de los 7 lores (a fin de cuentas, el macguffin de la película).

Los gráficos generados por ordenador también se ven afectados por el presupuesto, aunque le dan cierto aire añejo a película de serie B. Pero, claro, esa no era la intención.

Lo único que queda bien patente es el persistente mensaje cristiano de los libros. Algo que puede sesgar a un público infantil cuyos padres deseen educarlos lejos de cualquier fundamentalismo religioso.

Lluís Alba

dijous, 2 de desembre del 2010

Chloe

Chloe es el remake de Nathalie X, una película francesa que pasó desapercibida tanto para crítica como para público. Por lo que es difícil comprender los motivos que han llevado a la ejecución de este remake, y aún más en las manos del reputado director Atom Egoyan.

Por desconocimiento no entraré a valorar ni la película francesa ni la trayectoria de Egoyan. Y todos los indicios me recomiendan no extrapolar ninguna opinión general sobre este director basándome en Chloe. Una película que parece prometer mucho a partir de la interesante premisa de una esposa que contrata a una joven prostituta para saber si su marido la engaña. Incluso se perdona la impotente (por obvia) trampa de guión, gracias al cambio de rumbo de la historia, centrándose en una relación lésbica que saca lo mejor de las dotes (interpretativas) de Julianne Moore. Y, sumado a lo visto en Jennifer’s body, comienza a encasillar a Amanda Seyfried en escenas lésbicas.

Todo lo bueno que puede tener la película acaba diluyéndose en un penoso final, al más puro estilo de los thrillers basados en hechos reales de la sobremesa dominical de Antena 3. Inapropiado por estar metido con calzador, por no interesar a los que les guste el inicio y por interesar a los que no lo verán.

Lluís Alba

divendres, 26 de novembre del 2010

Harry Potter y las reliquias de la muerte. Parte 1

La saga cinematográfica de Harry Potter fue asesinada por los responsables de la misma cuando decidieron ponerla en manos de David Yates. Una marioneta sin alma artística al vil servicio de una producción que parece funcionar con piloto automático desde Harry Potter y la Orden del Fénix.

La incapacidad de Yates por adaptar las partes importantes de las anteriores novelas no parece haber sido la razón principal para duplicar el metraje de la adaptación del séptimo y último libro de Harry Potter. Más bien ha sido una manera de exprimir un poco más la gallina de los huevos de oro. Una maniobra comercial que (y sin que sirva de precedente) ha ayudado a mejorar la calidad expuesta en las anteriores películas de David Yates.

Es difícil valorar esta película sin haber visto su continuación. Pues se asemeja más a una miniserie televisiva que a un producto cinematográfico con inicio y final. Se nota que se han centrado más en los personajes principales Harry, Ron y Hermione, antes que en Voldemort y los Mortífagos. Dejando así sus escenas para el desenlace de la saga que veremos el próximo verano.

Como he dicho, la saga de presupuesto millonario funciona con el piloto automático, por lo que la larga duración beneficia a los fans que buscan una mayor fidelidad a la historia original. Las más de dos horas y media se hacen cortas. Entran deseos que, tras los créditos y una visita al lavabo, se proyecte consecutivamente la segunda parte. Harry Potter y las reliquias de la muerte, se convierte en la mejor peli de la saga dirigida por David Yates, incluso tiene momentos brillantes como una espectacular animación para explicar una leyenda, recurso inédito hasta el momento en las demás películas de Harry Potter.

No todo podía ser perfecto pues, a pesar de duración extra, se siguen obviando detalles fundamentales de la novela, como el flashback que narra el pasado de Dumbledore. Aunque todavía mantengo la esperanza de que lo hayan reservado para la continuación.

Como fan de los libros, espero que en unos años algún productor avispado se digne a producir una serie de televisión de calidad que adapte fielmente la saga de principio a fin. Más que nada para no tener que volver a leerme los libros.

Lluís Alba

Cyrus

Películas como esta demuestran que la clasificación por géneros cinematográficos es un lastre antiguo al amparo del cine comercial, para que el público pueda entrar en la sala sin necesidad de informarse de su contenido. Cyrus puede clasificarse como comedia, como drama o, incluso, como cine de autor.

A partir de tres personajes principales magistralmente definidos, la película se aleja de situaciones habituales de la comedia convencional, y no busca el humor con situaciones inverosímiles. Sin forzar situaciones al extremo se consigue narrar una película con personajes atípicos, pero que podemos reconocerlos en la realidad. La realización formal de la película, casi documental, refuerza la visión realista de esta comedia. A la vez que la asemeja (dicho con toda precaución) a Maridos y mujeres de Woody Allen.

Esta credibilidad logra que veamos con naturalidad al actor adolescente con sobrepeso de Supersalidos como hijo de Marisa Tomei, o que esta pueda llegar a enamorarse de John C. Reilly.

Lluís Alba

dijous, 11 de novembre del 2010

Scott Pilgrim contra el mundo

¿Y si la vida fuera un videojuego? Scott Pilgrim contra el mundo responde a la pregunta. Basada en el cómic homónimo del canadiense Bryan Lee O’Malley, una obra personal bajo las influencias del manga, los videojuegos y la música independiente.

Adaptar los seis tomos, en una sola película, no es tarea fácil, ni siquiera para un director de talento como el británico Edgar Wright quien, en 2007, nos regaló Shaun of the dead (titulada Zombies party en España). La película adapta, casi literalmente los primeros tres tomos, para luego acelerar y transmutar la parte final, ciñéndose a la estricta duración que marcan los cánones cinematográficos.

Como obra aparte y complementaria del cómic, la película evidencia en cada plano el talento visual de Wright, que llena la pantalla de una iconografía visual no vista anteriormente en el cine. Una convivencia perfecta entre los videojuegos y el cómic de O’Manley. El talento cómico también está presente, aunque los diálogos y situaciones son calcados al cómic, por lo que cuesta percibir dónde acaba O’Malley y dónde empieza Wright.

Para enfatizar que la película bebe de la fuente de un cómic, vemos como pasan por la película actores relacionados con otras adaptaciones: Brandon Ruth (Superman returns), Chris Evans (La antorcha humana, Capitán América) y, en un pequeño cameo, Thomas Jane (The punisher).

La excentricidad de la propuesta es tal que las expectativas recaudatorias de la Universal (recordemos siempre, lo único que les importa a las majors) no han sido las deseadas en los EEUU. Por lo que su estreno en España llega tarde, sin promoción y sin copias en versión original. Desde el 9 de noviembre se encuentra a la venta en los EEUU, los interesados en verla ya habrán podido agenciarse una copia en buena calidad. Mientras que el resto de mortales que acudan causalmente al cine, saldrán decepcionados por no entender la propuesta cinematográfica.

Lluís Alba

dijous, 4 de novembre del 2010

Retornos

Buen debut, estrenado de tapadillo en nuestras salas, del cineasta Luis Avilés, colombiano de nacimiento y gallego de adopción. No debe ser casual su condición de inmigrante para explicar las sensaciones que pueden tener varios personajes de la película. Desde el protagonista, un gallego emigrado a Ginebra por un hecho turbulento de su pasado, con el que tiene que enfrentarse nuevamente. O con la prostituta cubana que acaba convirtiéndose en el macguffin de la película para acabar hablándonos de otras muchas cosas que no tienen nada que ver con la trama de suspense.

Como se ha podido leer, este es un thriller rural que deja las mismas buenas sensaciones de las películas del género que abundaban en el Hollywood de los 40 y 50. El guión acaba dando más importancia a las relaciones familiares del protagonista que convulsiona con su llegada el aparentemente tranquilo pueblo. Por lo que se le perdona que la trama de suspense principal avance a base de artificios en el guión (¡Esa enciclopedia de medicina con las hojas arrancadas!).

Aparentemente sin un presupuesto demasiado holgado, Luis Avilés consigue eludir las partes más costosas de la producción con buenas elipsis narrativas para que los accidentes automovilísticos estén en la película sin que se vean en pantalla. Esperemos que el ahorro presupuestario haya sido suficiente para que la película recupere la inversión en taquilla y los productores sigan manteniendo la confianza en el director.

Lluís Alba

Copia certificada

Mi única aproximación al cine de Abbas Kiarostami hasta Copia certificada, había sido una de sus películas premiadas en los 90. En un pase del Canal +, no recuerdo si fue A través de los olivos, El árbol de las cerezas o El viento nos llevará (podrían buscarlo en Google, pero no creo que sea demasiado relevante). Lo que sí recuerdo es que no me apasionó demasiado para seguir su carrera.

El enterarme que se estrenaba una peli suya ambientada en Italia y protagonizada por Juliette Binoche, fue motivo suficiente para volver a interesarme por el director iraní. Copia certificada no tiene nada que ver de lo que recordaba vagamente de la otra peli que vi del director, en la que pasaban horas sin diálogos y un hombre subía y bajaba una montaña en su furgoneta. En esta ocasión los diálogos abundan y llenan casi todo el metraje. Lo que empieza con una conversación entre Juliette Binoche y William Shimell sobre arte acaba entrando en lo personal hasta que, un confusión en una pequeña cafetería les hace adoptar los roles de marido y mujer. Hasta tal punto que ambos personajes son tanto los originales como las copias que han decido adoptar.

Cuando voy al cine a ver una peli de autor, lo que deseo es encontrarme con una obra como esta. Más allá de la impecable factura visual, ver una peli tan interpretable sólo me permite afirmar con rotundidad que no he entendido ni entenderé jamás todo lo que quisiera transmitir su director. Pero sí que ha conseguido una serie de sensaciones ausentes el cine más convencional, además de permitirme que la película continúe creciendo en mi mente al salir del cine. El que no desee que le agiten la mente o le provoquen sensaciones tiene el 95% de películas de la cartelera a su disposición con guiones modélicos de inicio, nudo y desenlace.

Lluís Alba

The town. Ciudad de ladrones

Permítanme que les recuerde un chiste de Eugenio. Un joven aprendiz entra a una ebanistería para hacer una prueba. El dueño le da un tronco de madera y le pide que saque de ahí un Sant Pau. El muchacho se pasa dos horas encerrado tallando madera, cuando regresa el dueño de la ebanistería ve que del tronco de madera sólo queda una astilla del tamaño de un palillo. El dueño de la ebanistería le pregunta dónde está el Sant Pau, a lo que el joven responde: Si el Sant Pau está aquí dentro, le juro que sale.

Seguramente no haría falta que alguien esculpa tanto en la película de Ben Affleck para ver que hay un pequeño Clint Eastwood dentro. Todavía es pronto para comparar ambos cineastas, aunque tienen en común haber sido denostados por sus interpretaciones y alabados generosamente por su labor tras las cámaras.

The town es una película modélica de género negro. Si la época dorada del cine clásico de Hollywood todavía estuviera en auge, esta sería una peli más. Pero, en los tiempos que corren, es de agradecer una pequeña joya como esta. Se le puede achacar algunas fases inverosímiles del guión o dudar de si el personaje principal no hubiese lucido más de estar interpretado por un actor decente (pero claro, para eso Ben Affleck escribió el guión pensando en sí mismo como protagonista). Quizás así, el contraste con su compañero de reparto, Jeremy Renner, le facilite a este último una nominación al Oscar.

Me gusta encontrar en el guión claros detalles de la afición de Affleck por los cómics (esa misma afición que le llevó a protagonizar Daredevil a cualquier precio). Pues es fácil ver detrás de esta historia los habituales conflictos por la identidad secreta de los superhéroes enmascarados. Eso sí, modificada convenientemente para que, el superhéroe, sea en esta ocasión un ladrón que no puede revelar a su enamorada su tendencia a enmascararse con un grupo de amigos y atracar bancos.

Lluís Alba

dimarts, 26 d’octubre del 2010

Paranormal activity 2

Oren Peli, nacido en Israel, rodó con cuatro duros (12 céntimos para las nuevas generaciones) Paranormal activity, aprovechando una premisa argumental para rodarla con una sola cámara. Tuvo la suerte que Spielberg se fijara en el film y, más allá de sospechar de un lobby judío, se dedicó a promocionarla para encontrar una buena distribución.

Tres años después, el nombre de Oren Peli sólo aparece en la producción de esta secuela, que tiene todos los visos de convertirse en una saga tan longeva como lo está siendo Saw.

Con más dinero en la producción, los responsables de esta secuela han ideado la manera de continuar con el mismo estilo de filmación ampliando el número de cámaras. Como recientemente se pudo ver en El diario de los muertos (Diary of the dead, 2007) de George A. Romero, se usa como elemento de vouyerismo del espectador las filmaciones de las cámaras de seguridad de la casa. Lo que otorga más posibilidades en el montaje, bajo el mismo estilo de película casera.

Conscientes que la sorpresa de la primera parte era uno de sus puntos fuertes, los responsables de distribuir esta secuela, ocultaron su argumento, incluso omitiendo los habituales pases de prensa. Esta promoción se sitúa en las antípodas del resto de cine comercial, cuyos trailers suelen ser un resumen de principio a fin, sin dejar nada nuevo que contar al espectador que se gastará un dinero en la entrada. Gracias a este secretismo descubrimos, a medida que avanza la película y no antes, las conexiones que tiene con su primera parte.

Todo ello consigue que Paranormal activity 2 sea una buena secuela, aunque en ningún momento llega a superar la primera película. Pero sí logra hacer que se caguen de miedo aquellas personas sensibles a lo paranormal, tal y como lo hace un programa de Iker Jimenez.

Lluís Alba

dimecres, 20 d’octubre del 2010

Louise·Michel

Curiosa película de comedia negra, en la que pululan una serie de personajes surrealistas. Hilvanando momentos delirantes como si de un programa de Muchachada Nui se tratara.

Igual que en los programas de Joaquín Reyes, no todo causa la misma gracia, ni a todos causa gracia, y cuesta digerir de un tirón. Pero sus altibajos no son nada comparado con la expectación ante la siguiente idea que se les puede ocurrir a los responsables de la peli. Empezando con la negra premisa de 20 mujeres despedidas por el cierre de una fábrica, que deciden juntar sus finiquitos para contratar a un asesino que mate al patrón.

Bajo la crítica de las grandes multinacionales en las que nadie sabe quién es el jefe, ni mucho menos dónde está, la película se convierte en una road-movie europea absurda en la búsqueda de alguien a quién matar. Por el camino se tocan todos los temas tabú de la sociedad occidental: se hace humor del cáncer y de otras enfermedades terminales, del atentado de las Torres gemelas, de Jesucristo, de los ecologistas, incluso hay una escena en las que se asesina a un bebé para que se calle. ¡Menos mal que Jordi Basté y Concha García Campoy no se han enterado!

No es una película fácil de digerir, en ocasiones causa risa por los gags ingeniosos, a veces por ver algo tan absurdo y sin sentido. Por cierto, si os decidís a verla y os gusta lo suficiente para aguantar hasta el final, merece la pena esperar para ver una última escena tras los créditos.

Lluís Alba

La red social

Como en Zodiac, David Fincher vuelve a rodar una peli basada en hechos reales. Si en el biopic de Robert Graysmith, las secuencias de diálogos prevalecían sobre las de acción, en La red social, todavía predominan más. Algo normal si tenemos en cuenta que el guión es de Aaron Sorkin, uno de los responsables de El ala oeste de la Casa blanca.

Sin llegar al nivel de In the loop, la velocidad de los diálogos hace que cueste entrar en el ritmo frenético de la película. Sobre todo en el arranque inicial en el que se muestra la ruptura amorosa de Mark Zuckerberg a la par que nos explican su problema de concentración mediante una conversación imposible que contiene dos temas al mismo tiempo.

Como en todo biopic norteamericano, tiene que haber una historia de amor como hilo argumental y, en esta película, se usa como excusa una casual ruptura amorosa como la causante del origen del Facebook. Algo que va bien para enfatizar el carácter de Mark Zuckerberg y conseguir una efectiva escena final que resume todo lo visto.

No sé hasta que punto es verdad, pero resulta curioso ver que en el entorno de estos “nerds” (y no frikis como se pretende traducir erróneamente) no hay ni una persona normal. Zuckerberg se nos muestra como un rencoroso vengativo, Eduardo Saverin el co-creador de Facebook tiene problemas de celos que acaban por volverse en su contra a través de una novia más enfermiza con unos celos que acaban transformándose en una conducta compulsiva agresiva (si es que esto significa algo) y, Sean Parker, el creador de Napster, es un paranoico obsesionado con estar espiado a todas horas por la industria musical.

Aunque no sea una película aparentemente hecha para mostrar grandes alardes visuales ni efectos digitales, Fincher no puede dejar escapar la ocasión de marcarse una escena a ritmo de (su etapa de) videoclip durante una competición de regatas. En la que intervienen los gemelos Winklevoss (demandantes de Zuckerberg y participantes olímpicos en Pekín), ocasión que aprovecha Fincher para marcarse otro reto digital y convertir a un solo actor en dos personajes que aparecen juntos durante toda la película.

El libro en el que se basa la película no parece decantarse por ninguna de las personas que entraron en litigio por la creación del Facebook. Pues aunque Zuckerberg acaba pagando indemnizaciones a sus demandantes, se hace de forma amistosa para no alargar un proceso. Total, ¿Qué son 65 millones de dólares para alguien que posee una empresa con valor de 25.000 millones?

Lluís Alba

A serbian film

Es una película.

Lo escribo por si a alguien no le quedó claro, por si alguien no sabe diferenciar realidad y ficción.

Como cada cierto tiempo, aparece una película de tales características: Saló o los 120 días de Sodoma, Holocausto caníbal o la más reciente Martyrs. Todas ellas tan diferentes entre sí.

A serbian film parece dar un paso más allá, pues trata explícitamente un tema tan tabú como el de la pederastia. La película es una provocación frente a todos los que opinarán en su contra, sin diferenciar realidad y ficción. Eso parece querernos decir su director con la solución narrativa para mostrar las escenas gore, siempre a través de flashbacks o a de filmaciones dentro de la misma película. Las únicas muertes que aparecen en la línea narrativa principal, ocurren fuera de plano.

Es una película que busca ser desagradable desde su interior hasta lo que se diga en el exterior. Estéticamente sucia, desde su fotografía, pasando por sus personajes (el protagonista va mal afeitado, tiene el pelo grasiento usa ropa sucia y arrugada), la música aparece para molestar y crear mal rollo en nuestros cerebros.

Probablemente haya que relacionarla con el contexto del país en el que está realizada. Con una guerra tan reciente, en la que debieron suceder atrocidades de la magnitud representada en la película.

Lluís Alba

Monsters

Con la premisa fantástica de una invasión alienígena de monstruos gigantes como telón de fondo, la película narra las vicisitudes de un par de norteamericanos que deben atravesar la zona infectada de alienígenas para regresar desde México a su país natal.

Puede suponer una decepción a quién espera una película de ciencia ficción al uso, pero una vez alejados dichos prejuicios se puede vislumbrar una interesante película sobre la incomunicación entre las parejas, entre las personas de distintos países, crítica a la política de inmigración y, con unos alienígenas primitivos que les (nos) enseñarán a amar.

Lluís Alba

Amphibious 3D

Película total de serie B, pero no de la actual si no de la que se hacía hace 30 años.

Quizás por ello me ha encantado retrotraerme a mi infancia en las sesiones matinales del Centre Parroquial d’Horta, en la que nos tragábamos sesiones dobles que podían mezclar sin orden ni concierto películas de Jackie Chan, Bud Spencer y Terence Hill, Star wars, El planeta de los simios, dibujos clásicos de Disney, Star trek, los hermanos Marx, películas japonesas de monstruos o producciones españolas de serie B como Serpiente de mar de Amando de Ossorio.

En Amphibious 3D tenemos una pequeña historia de ¡atención! un escorpión gigante que sale del mar de Sumatra. Mezclamos la esclavitud de niños indonesios en una plataforma de pesca y ya tenemos película. El 3D no deja de ser mero artificio en toda la historia, salvo por el plano final de la película en la que Brian Yuzna se marca un efectivo momento imposible de recrear sin una sala llena de gente con gafas estereoscópicas.

Lluís Alba

Outrage

El retorno de Kitano al cine de yakuzas, tras un par de películas surrealistas que le tuvieron ocupado en una búsqueda interior de personalidad y creatividad.

La relación que presenta entre los diferentes clanes mafiosos, no deja de ser un paralelismo violento de las puñaladas que ocurren en las grandes (y no tan grandes) empresas. Engaños, torturas, asesinatos y más asesinatos nos muestra lo que se debe hacer para escalar posiciones.

No deja de haber cierta auto-referencia con la situación actual de Kitano, pues su personaje siempre acata las órdenes del jefe más poderoso sin rechistar para acabar apartado del clan. Algo así debió sentir cuando tenía éxito con sus películas de yakuzas y el rechazo posterior por sus obras más personales.

Lluís Alba

Insidious

Insidious es la visión del director de Saw a partir de mezclar los conceptos de Poltergeist y Paranormal activity. Como dijo en Sitges el propio James Wan, es un homenaje a las películas de terror de los 80.

Tiene un primer tramo que engancha, lleno de truquitos para asustar más que dignos y un guión que va soltando información a cuentagotas para que la historia evolucione y mantenga el interés del público. Una pequeña dosis de comedia (a partir de la introducción de dos parapsicólogos en la casa) separa la película para llegar a una parte final montada a base de viajes astrales que marcan la diferencia con el realismo de Poltergeist.

Una película entretenida de terror, mucho más cercana a Silencio desde el mal que a Saw o a Sentencia de muerte.

Lluís Alba

Vanishing on 7th street

Al finalizar el pase de la película, con el director Brad Anderson en la sala, tuve la sensación de que el público aplaudió por pena. De no estar Anderson, me temo que se hubiese escuchado una sonora pitada en contra de la película. Pues de un director reputado, con películas como Session 9 o El maquinista y responsable de un buen número de capítulos de Fringe, se espera algo mejor.

Una buena premisa, basada en el miedo a la oscuridad, en la que todos los habitantes de una ciudad desaparecen menos los que se encuentran bajo un foco de luz, se va diluyendo en una repetición de situaciones, de incoherencias ininteligibles y, lo peor, aburrimiento y hastío por parte del público. Esta película viene a ser como El incidente de Shyamalan, una idea cojonuda que acaba destruyéndose por el ego de su creador.

Otros directores de género como Jaume Balagueró, ya usaron la oscuridad como personaje principal. Darkness supuso que me negara a ver jamás una peli de Balagueró (hasta que la insistencia de todo el mundo por REC me hizo rectificar). Con Anderson trataré de no cometer el mismo error, aunque costará que me anime a volver al cine por su reclamo.

Lluís Alba

Dream home

La respuesta gore a la burbuja inmobiliaria nos viene desde China. Con una película sobre una psicópata que organiza una matanza para poder devaluar el precio de la vivienda que desea comprar.

Una interesante estructura narrativa, que combina dos líneas temporales. Una a tiempo real y otra, montada a base de flashbacks que, cual capítulo de Perdidos, nos revela las motivaciones sangrientas de la protagonista.

No falta el espectáculo gore, con extirpaciones de ojos, intestinos colgando, sangre mezclada con sexo y una búsqueda original del asesinato que cumple las delicias del agradecido público de Sitges.

Lluís Alba

Woochi

Película coreana que combina con éxito fantasía, acción, humor y romance. Lo más parecido que he visto a, la ya clásica, Una historia china de fantasmas.

Son más de dos horas de peli a un ritmo frenético, con saltos temporales en la historia y en la narración. Escenas mostradas desde dos puntos de vista, diálogos, situaciones y personajes divertidos. No es que sea demasiado original, pues toma elementos tan populares como la saga Matrix y su conocida secuencia de la autopista, pero sabe mezclarlo para ofrecernos un producto original y divertido.

Una cartelera como la española dominada por el cine norteamericano, dificulta la presencia de cine de calidad de otros países. Lo poco que nos llega debe ser seleccionado por las pequeñas distribuidoras que deben escoger entre lo mejor que pueden, por lo que la llegada a nuestra cartelera de directores reputados coreanos como Bong Joon-ho, Park Chan-wok o Kim Ki-duk, parece asegurada. Así que, cuando en un festival como Sitges vean aparecer una cinta coreana, no lo duden, la calidad está asegurada.

Lluís Alba

Colorful

Curtido como director en las películas de Shin Chan, Keiichi Hara presenta con Colorful su segunda película alejada del popular personaje.

Se trata de un anime distinto al estereotipo habitual de la animación japonesa. No tanto formalmente; pues el estilo de dibujo, la animación y la ambientación en un instituto de secundaria es de lo más habitual; si no más bien en un tratamiento adulto y sin tapujos del argumento.

A partir de una premisa tan manida como la de El cielo puede esperar, vemos como un recién fallecido debe volver a la vida en el cuerpo de otra persona que se ha intentado suicidar. Esto nos servirá para analizar las relaciones (familiares y de amistades) de un joven japonés de hoy en día. Por lo que sorprende ver una película más bien intimista, que nos habla de la ausencia de diálogo entre personas que viven bajo un mismo techo, del consumismo adolescente o del aislamiento social.

Lluís Alba

The ward

Nueve años separan The ward de Fantasmas de Marte, la última película de John Carpenter. Parecen excesivos, solamente justificados por su implicación en la serie Masters of horror y por rumores sobre una enfermedad.


Esta larga espera es la causante de la gran expectación por el regreso del maestro. A primera vista, lo más alarmante es que se haya dignado a dirigir un guión tan sobado que podría estar escrito un ordenador programado para tal fin.

John Carpenter otorga dignidad al producto: presenta bien a los personajes, hace creíble la historia, combina bien los recursos de terror explícito con el psicológico y crea un ritmo in crescendo que capta nuestra atención.

Una de las características del cine de serie B es su expresa falta de originalidad, lo que justifica que Carpenter haya escogido este guión para volver a dirigir. Quizás nos quejemos por vicio y, la ausencia de referentes anteriores en nuestra infancia, conseguía que la serie B nos resultara original. Ahora nos ocurre lo contrario, vivimos en tal abundancia de pelis con finales sorpresa que, paradójicamente, ya no sorprenden.

Lluís Alba

dijous, 14 d’octubre del 2010

Wall street: El dinero nunca duerme

Lo primero que le viene a uno a la cabeza cuando escucha que Oliver Stone va a realizar una secuela de su mayor éxito comercial, Wall street, 23 años después, es que se trata de un director en horas bajas que se aferra al recuerdo de un pasado glorioso para resurgir. Un caso similar, si se me permite comparar a ambos directores, al que sucedió con Kevin Smith y Clerks 2.

Sus documentales sobre mandatarios de la izquierda en America latina, le han servido para complicar más las cosas en la búsqueda de financiación en los EEUU. Su última película de ficción, W. (biografía de George W. Bush) apenas contó con capital norteamericano, y se estrenó a toda prisa para coincidir con las últimas elecciones de su país. En España, apenas se ha podido ver en algunos pases televisivos a horas intempestivas.

Pues, a pesar de todo lo que se pueda pensar, la verdadera razón de realizar este proyecto, no parte de ningún (posible) mal momento de Oliver Stone, si no de un encargo de la Fox que, en 2006 ya trató de realizar sin éxito esta secuela. Si en ese momento, Stone, no parecía entusiasmado con el proyecto, la actual crisis financiera parecía un escenario perfecto para volver a dar vida a uno de los villanos clave de la década de los 80, Gordon Gekko.

Sin embargo la crisis sólo es un telón de fondo sobre el que se sustenta una película más centrada en las relaciones familiares de los protagonistas. La relación de Gekko con su hija y con el prometido de esta. La relación del prometido con su madre, su mentor en Wall Street y con quién le traicionó. Ubicar la historia en Wall street no es más que un escenario y no requiere ningún conocimiento previo de economía para seguir la historia personal de la familia Gekko.

Un guión bien estructurado (para los estándares hollywoodienses), y la siempre magistral narración de Stone, cuenta con la ayuda de unos extraordinarios actores, si bien la maestría de Frank Langella y Michael Douglas ya estaba más que demostrada, sorprende ver a Shia LaBeouf (en un papel alejado de sus habituales correrías en Transformers) ganarse con solvencia el crédito de hasta el mayor de sus detractores. Lo único que traiciona a la película es un final demasiado blando que resta credibilidad a lo que uno se espera de un cabrón como Gekko.


Lluís Alba

divendres, 8 d’octubre del 2010

Machete

El éxito combinado de crítica y público cosechado por Planet terror no suele ser algo habitual, y mucho menos, en un cineasta como Robert Rodriguez, quién parece vivir siempre a la sombra de Tarantino. Por lo que, tras su habitual alternación con el cine infantil, su siguiente película ha vuelto a tomar las riendas del estilo que encontró con su parte del proyecto Grindhouse. Y que mejor manera de adentrarse nuevamente en dicha tarea que coger su falso trailer de Machete y hacerlo realidad.

Sin ser tan redonda como Planet terror, Machete continúa con el homenaje visual a las sesiones dobles de los 70, mismos guiños a celuloide gastado con ausencia de fotogramas, guión supeditado a sus secuencias de acción y humor sangriento de brochazo gordo.

Tanto el trailer, como el grandioso prólogo del film (que resume en unos minutos todo lo que Rodriguez nos quiere mostrar), están por encima del mismo. Pues el caótico y reiterativo argumento consigue que el espectador se evada demasiadas veces de la película, en lugar de lograr un entretenimiento sin pausa para evadirse del triste mundo que le espera fuera una vez se abran las puertas del cine y sea expulsado de la sala para recordarle amargamente que los últimos 105 minutos de su vida no eran más que una fantasía.

Pero las bizarradas que presenta el film son tantas que cualquier recuerdo del film será más disfrutable que el rato pasado en la sala viendo la película. Pues todos comentaremos a nuestros colegas que es impagable ver a Danny Trejo, cuál atractivo James Bond, tirándose a Jessica Alba, Michelle Rodriguez, Lindsay Lohan y su madre. O el atrevimiento de Robert Rodriguez por proponer unos papeles autoparódicos a Robert De Niro, Steven Seagal, Don Johnson y, por supuesto, Lindsay Lohan.

Para comprobar si nuestro recuerdo mejora la peli, no dudaremos en comprarnos el DVD o el Blu-ray para volver evidenciar que cualquier recuerdo subjetivo de nuestra memoria siempre será mejor que la realidad.

Lluís Alba

dijous, 30 de setembre del 2010

Astro boy

Producción estadounidense que adapta el personaje más icónico de la historia del manga y anime. No en vano, su creador, Osamu Tezuka es considerado padre del cómic japonés. La relación entre el personaje y los EEUU no es nueva, pues la imagen de Astro boy fue creada por Tezuka, basándose en la de Mickey Mouse. Posteriormente la empresa fundada por Walt Disney le devolvería la jugada robándole su personaje Kimba para la película El rey león.

El nivel de animación denota que la producción no tiene el presupuesto de las recientes películas de Dreamworks o Pixar, pero, afortunadamente, mantiene el espíritu de entretenimiento de esta última. Por lo que se convierte en una perfecta película de aventuras, rica en variaciones y entretenida tanto para niños (cuyo humor infantil delata cuál es el target principal de la película) como para mayores.

El bajo nivel de críticas llegadas desde el otro lado del Atlántico han provocado que nos llegue con casi un año de retraso y bajo el amparo de la distribuidora española DeAPlaneta. Un claro ejemplo que delata el poco caso que se debe hacer a los críticos de cine.

Lluís Alba

Carancho

Pablo Trapero continúa en su estilo semi-documental con el acercamiento a la figura del Carancho. En Argentina, reciben el nombre de ese ave rapaz (similar a un buitre), aquellos que se dedican aprovecharse de los accidentes automovilísticos.

Ricardo Darín, con su solvencia habitual, encarna a un maduro abogado que perdió su licencia y debe trabajar para un buffet de abogados que se dedica a estafar a la gente y sacarles la indemnización de sus accidentes. Como en El bonaerense, en el que retrataba la corrupción de la policía de Buenos Aires, aquí ofrece la denuncia de estos personajes, así como su colaboración con el resto de personal relacionado con los accidentes automovilísticos: enfermeros, médicos y conductores de ambulancia.

Entre primerísimo y primerísimo plano, Pablo Trapero, cámara en mano, tiene tiempo para incluir una historia de amor entre el personaje de Ricardo Darín y el de Martina Gusman (su musa, su esposa). Narrada en dos capítulos, vemos como estos personajes éticamente opuestos acaban encontrándose en su soledad.

Aunque el final quede algo atropellado por la búsqueda de un impacto (con frivolité visual narrativa incluida), no empaña el conjunto del siempre interesante director argentino.

Lluís Alba

El gran Vázquez

Óscar Aibar y Santiago Segura, antes que cineastas fueron fans y creadores de cómics. Sólo así se entiende que se haya llevado a cabo un proyecto tan poco popular (ironías de la vida, al hablar de un autor de cómics) como la vida de Manuel Vázquez.

Conocido sobre todo por sus personajes de la etapa Bruguera: Las hermanas Gilda; Anacleto, agente secreto; Angelito, La abuelita Paz, La familia Cebolleta y, Los cuentos del tío Vázquez. La película narra la época que tuvo que vivir bajo el yugo de la esclavitud de una editorial de cómics de estructura franquista. Nada que objetar, era la época en la que le tocó vivir, lo triste de la historia de España es que 35 años después de la muerte del dictador, muchas empresas (como El corte inglés, por poner un ejemplo al azar) sigan igual.

Lo admirable de la película es la plasmación de la lucha eterna entre una persona idealista y su anquilosado entorno. Mezclando realidad y ficción, vemos el día a día de Vázquez, que vive sin pagar por nada, sableando dinero a Bruguera, casándose que diversas mujeres, teniendo varios hijos, huyendo de acreedores y de la policía. Aunque no menos ladrones fueron los mandamases de Bruguera, que obligaban a sus creadores de historietas a renegar sobre cualquier derecho de la obra.

Mientras Vázquez entra y sale de la editorial, vemos al resto de dibujantes aplicadamente dibujando en pupitres, cuál galera de esclavos de la época romana. En la que se puede reconocer a profesionales como Raf, Purita Campos (de la que se hace hincapié su bajo sueldo solo por el hecho de ser mujer), Jaume Rovira o Francisco Ibáñez. La ascensión en la fama de este último se utiliza como contrapunto en la decadencia de Vázquez en Bruguera.

Se podrá decir que el retrato de la época no es fiel, que la biografía de Vázquez esté mezclada con su leyenda, incluso que cueste dejar de ver a Torrente en este personaje (pero ese es un mal que, para bien de Segura, siempre le perseguirá). Pero esto es una película, que rinde homenaje a uno de los grandes de la historieta de España. Uno de esos profesionales que la incultura de nuestro país, logra que no tenga el reconocimiento merecido. Por suerte están Óscar Aibar y Santiago Segura para enmendar tal agravio.

Lluís Alba

dijous, 23 de setembre del 2010

El americano

El fotógrafo y director de videoclips Anton Corbijn saltó al cine para dirigir Control, película que adaptaba el libro de Deborah Curtis, viuda de Ian Curtis, vocalista de Joy Division. Anton e Ian se conocieron cuando este rodó varios videoclips de la banda y su salto al cine se hizo de forma natural, como un tributo a la amistad que ambos profesaban. Así pues, El americano es su primera película sin relación aparente con sus anteriores profesiones, salvo que tengamos en cuenta que el personaje de George Clooney se hace pasar por fotógrafo.

Como en su primer film, también El americano está basado en un libro, A very private gentleman de Martin Booth, cuyos derechos llevaban años pululando entre diferentes pequeñas productoras hasta que Anton Corbijn pudo tomar las riendas del film. Por suerte o desgracia, Booth no podrá ver la adaptación de su obra, pues murió, esta vez sí, solamente por desgracia, en 2008.

Digo por suerte o desgracia porque tras ver la película cuesta definir una única opinión positiva o negativa. Mi primera impresión sería decir que cuenta con un apático guión que contrasta con la estudiada dirección de Corbijn y la, siempre solvente, interpretación de Clooney. Sin embargo, hay tantas inverosimilitudes en el guión que parece imposible creer que esto lo haya escrito un guionista profesional a no ser que fueran pretendidas explícitamente. Situaciones como la de que un asesino a sueldo americano vaya a “pasar desapercibido” a una pequeña población italiana, o que los tiroteos a media noche no alerten a los vecinos ni los cadáveres requieran investigación alguna por la policía.

Para disfrutar de esta película lo mejor es verla como el clásico western donde un forastero es siempre abordado por un turbulento pasado que le impedirá tener una vida apacible. Las referencias explícitas a las películas de Sergio Leone, parecen querernos recordar que los spaghetti western se rodaban en Italia (además de en Almería) a pesar de transcurrir en un pasado reciente de los EEUU. El americano obvia esto último, y tanto el rodaje como la ficción ocurren en Italia en pleno siglo XXI.

Lluís Alba

dijous, 16 de setembre del 2010

Spider-man: diario de Peter Parker

Un nuevo libro sobre cronología de superhéroes editado por Alberto Santos Editor. Esta vez le toca el turno a Spider-man. ¿Cómo? ¿Este libro no lo había escrito ya Julián M. Clemente? Sí y no.

El libro de Julián era una cronología editorial, dónde podíamos saber qué número USA correspondía con las diversas ediciones españolas. Algo muy útil para los coleccionistas empedernidos. Mientras que este es un resumen de todos y cada uno de los cómics en los que aparece Spiderman desde los inicios hasta 1990 (Amazing Spider-man 339).

No sólo tiene que resumir todas las colecciones arácnidas, si no todos los crossovers y apariciones del trepamuros en el vasto universo Marvel. Lo cual abarca más de 1.000 cómics ordenados cronológicamente.

Dividido en 10 capítulos, ordenados por la edad que debería tener Peter Parker en los comics. Empezando por un primer capítulo que va desde antes del nacimiento hasta los 15 años. Avanzando año a año, hasta que el bueno de Peter cumple los 24.

Seguramente es un libro válido sólo para los coleccionistas de cómics. Aunque no necesariamente de los enfermos que tenemos todo lo publicado de Spider-man, si no también para los que tienen diversas etapas y pueden leer fácilmente los resúmenes de lo que pasa entre un número y otro.

Un libro que debería ser enviado a todos los guionistas del cabeza de red (creo que ya he usado todos sus apodos), para que no tuvieran fallos de continuidad.

Según cuenta el propio Francesc Martínez en este libro la idea fue de Francisco Calderón, quién ha hecho una obra similar con Conan, el bárbaro. Francesc Martínez se puso en contacto con él para ayudarle, pero al no disponer de tiempo suficiente, la tarea fue llevada a cabo finalmente por el propio Francesc.

El único inconveniente que le veo al libro es la portada ilustrada Pedro Delgado, no por ser una mala ilustración, si no porque el estilo de dibujo no tiene nada que ver con el de los cómics comentados en su interior. Lo cual hace perder una coherencia en el conjunto.

Pero no por ello voy a dejar de recomendar este libro, sólo de pensar en el curro que debe haber tenido ya estoy cansado. Así que todos los que coleccionáis cómics de Spidey (ups, me faltaba esta apodo), ya vais de cabeza a comprarlo. Y los que no... también, así en unos pocos (o muchos) días os hacéis una idea de lo que ha sido la historia de uno de los iconos más importantes del cómic.

Lluís Alba

Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec

Con la llegada a la gran pantalla de la adaptación de Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec, Norma editorial publica un tomo que recopila los cuatro primeros álbumes franceses.

Publicados entre 1976 y 1978, son un homenaje a los folletines que se publicaban a mediados del siglo XIX en Francia. Por lo que Tardi no planificaba la historia completa, si no que iba descubriendo sus aventuras mientras creaba el guión, al mismo tiempo que pueden hacerlo sus personajes o el lector.

Desde el inicio, el cómic denota una ironía y una serie de cambios bruscos que hacen más caótica la historia. Para empezar, la sorprendente presentación de Adèle, haciéndose pasar por otra persona, ocultando su identidad tanto a los personajes del cómic como al lector. La sucesión de acciones, bruscos cambios de escenario y el elevado número de personajes, puede llevar a la confusión inicial hasta que uno se adecúa al estilo de Tardi.

Adèle Blanc-Sec, escritora de profesión, irónicamente acaba participando en las aventuras de manera casual. Apenas tiene una participación decisiva, ya que todo lo que ocurre a su alrededor pasaría igual de no estar ella involucrada. Convirtiéndose así, en la perfecta narradora de unos libros de aventuras que no podría haber descrito si no hubiese participado directamente, pero sí que podrían haber ocurrido igualmente.

Como casual es su participación, también lo son la mayoría de las sucesiones. Pues así acentúa Tardí una historia caótica en la que cualquier personaje puede acabar teniendo una identidad totalmente opuesta o cambiar de estatus social varias veces en una misma aventura. Igualmente, las fantásticas criaturas pueden tener un origen diferente al definido inicialmente.

La caótica apariencia formal que tiene la historia, nace de la idea folletinesca de Tardi para narrar las aventuras de Adèle, y requiere de un mínimo grado de concentración para no perderse entre tanto personaje y acción. Pero al mismo tiempo, consigue que una segunda lectura del cómic sea una experiencia gratificantemente nueva.

Lluís Alba

Adèle y el misterio de la momia

Luc Besson amado y odiado a partes iguales, tuvo sus mayores éxitos cinematográficos en la década de los 90, con Nikita (personaje de éxito que contó con remake americano y dos series), Leon: El profesional (probablemente su película más redonda) y El quinto elemento (todo un éxito gracias a su reparto internacional). Siguió combinando la dirección con una serie de producciones de acción exitosas: las sagas Taxi y Transporter o la película Venganza. Últimamente ha dedicado sus esfuerzos en dirigir la trilogía infantil empezada en 2006 con Arthur y los Minimoys. Su hiperactividad, le ha permitido encontrar tiempo para rodar la adaptación del cómic de Jacques Tardi: Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec.

La película adapta el primer y cuarto álbum del cómic en el que se basa. Como es habitual, el guión se modifica para ajustar el contenido a una historia auto-conclusiva, olvidando la idea de serial folletinesco que evoca el cómic de Tardi. Nada que reprochar, más allá que una serie de televisión parecía lo más indicado para adaptar las aventuras de Adèle Blanc-Sec. Tampoco habría que reprochar la fusión de personajes, seguramente excesivos para una fácil compresión de un público menos exigente que el lector de cómics, capaz de parar la lectura y volver atrás cuando es necesario.

Pero llega un momento en que todos esos cambios son tan excesivos que cabría pensar si no era mejor plantearse una historia original en lugar de basarse en un cómic difícilmente adaptable, que acaba desvirtuándose. Mientras que el cómic de Tardi hace una de las más originales presentaciones de un personaje, cambiando su identidad durante una buena parte del primer número, en la película se vuelve de lo más convencional. Buscando desde un inicio una explicación lógica para todo elemento fantástico, cuando es algo que no requiere el film. La ironía que irradia el cómic desaparece por la apuesta de Besson por un humor tontorrón, más parecido a las recientes adaptaciones en carne y hueso de Astérix.

Cuesta entender que en un país como Francia, en el que los cómics están tratados con mayor respeto al que tenemos en España con cualquier novela, no encuentre una adaptación cinematográfica que se los tome en serio. Pues la película, salvo una dirección artística, un maquillaje destacable y el buen hacer de la actriz principal, acaba pareciendo más una parodia que una adaptación de una buena obra.

Lluís Alba

dijous, 9 de setembre del 2010

The runaways

The runaways fue un grupo de rock pionero al estar formado íntegramente por chicas. Este biopic adapta el libro escrito por la cantante del grupo, Cherie Currie. Así, vemos bajo su perspectiva lo que llevó a formar el grupo, el salto a la fama y su disolución.

Que esta película se estrene en España responde más al poder de convocatoria de sus dos actrices principales (Dakota Fanning y Kristen Stewart, partícipes de La saga Crepúsculo) y no a una expectación causada por un grupo musical desconocido para menores de 35 años y para el resto de mortales no eruditos del rock.

Más allá de una buena representación de los años 70, la película recurre a los tópicos de siempre que se habla de estrellas del rock, mezclando sus vidas con el sexo y las drogas. Si no se es fan de la banda o del rock de la época, resulta una película bastante prescindible, en la que la interpretación de Dakota Fanning destaca por encima de cualquier intención que tuviera el guión de la debutante Floria Sigismondi.

Al estar basada en una historia real, por lo menos sirve para descubrir que Joan Jett (Kristen Stewart) fue la primera intérprete de I love rock ‘n’ roll. Y, si uno se anima a buscar información tras ver la película, podrá ver que Cherie Currie (Dakota Fanning) actuó junto a Jodie Foster en Foxes, el debut en la dirección de Adrian Lyne.

Lluís Alba

dilluns, 23 d’agost del 2010

Vaya par de polis

No sé los motivos que han llevado a Kevin Smith dirigir un guión ajeno. Pues si por algo destacan sus mejores películas es por el guión, pues su estilo visual continúa siendo el de un admirador de John Hughes que realiza telefilms.

La película pretende ser una parodia, desde la admiración, de las películas de polis colegas de los 80. Aunque para el público no norteamericano, cuesta encajar a un desconocido Tracy Morgan junto a una megaestrella como Bruce Willis. Pues la amistad que hay entre ambos personajes denota algo demasiado artificial. Tracy Morgan, cómico del Saturday night live, sobreactúa en cada una de las escenas y, Bruce Willis parece que sólo participe por algún tipo de amistad, con el piloto automático puesto de inicio a fin.

Si no se es muy exigente, es una película que puede pasar como un entretenimiento de una tarde aburrida. Aunque no es un completo desastre, cuesta destacar algún momento cómico, como puede ser la conversación en el restaurante entre Bruce Willis y Jason Lee (amigo y habitual en las películas de Kevin Smith).

No es que las últimas películas de Kevin Smith hayan sido mejores que Vaya par de polis, pero prefiero ver como uno de mis admirados directores se equivoca siendo fiel a sí mismo y no rindiéndose a su falta de ideas para tener que adquirir guiones ajenos (y mediocres).

Lluís Alba

Salt

Que se sustituya de la noche a la mañana a Tom Cruise por Angelina Jolie para el papel protagonista de Salt, da una idea de lo poco definido que estaba este personaje y la nula importancia que da Kurt Wimmer a su guión. Aunque siendo este el responsable de Ultraviolet, tampoco es que se pudiera esperar algo más.


Salt es una película de acción que exige y ofrece poco. El guión está construido a base de giros, pero es tan previsible que ninguno de ellos consigue sorprender. La idea de contratar -SPOILER- a Liev Schreiber para que sea el personaje malvado sorpresa, tampoco ayuda demasiado a que el espectador se quede boquiabierto por tal descubrimiento.-FIN DEL SPOILER- Lo único que queda por ver son las acrobáticas piruetas de Angelina Jolie para golpear a sus perseguidores o sus saltos espectaculares entre camión y camión por una autopista más colapsada que en Matrix reloaded.


Es una lástima que se tome tan a la ligera la atractiva (aunque descabellada) idea de unos agentes soviéticos durmientes en los actuales EEUU. Cuando parece que los únicos malvados del cine de Hollywood puedan ser árabes, no está mal buscar este revival ochentero de los tiempos de la Guerra fría. Una idea demasiado “friki” para tomársela en serio, aunque otro medio más “friki” como el del cómic (y más concretamente el de superhéroes), tenga una colección como Capitán América que lleva unos años jugando con una idea similar de la mano de Ed Brubaker. Quizás a Kurt Wimmer no le fuera mal rebajarse a conocer a colegas de una profesión “menor” para descubrir que se puede hacer una película de acción con un guión elaborado.

Lluís Alba

dijous, 19 d’agost del 2010

Los mercenarios

Al entrar en la treintena, se nos empieza a activar el chip nostálgico de nuestra infancia. Por primera vez somos conscientes que la vida no tiene marcha atrás y, a partir de ahora, todo viene cuesta abajo. No queda más remedio que aferrarnos a cualquier recuerdo pasado, que siempre será mejor que un futuro desconocido e incierto. El revival de los 80 está aquí porque es un negocio en momentos de crisis, la nostalgia nos hace vulnerables. Las nuevas ediciones de películas y series de la nombrada década, y los remakes a punta pala son un ejemplo de ello.

Sylvester Stallone, referente del cine de acción de los 80, lleva desde 2006 rescatando a sus dos más lustrados personajes: Rocky Balboa y John Rambo. Dos secuelas tardías, pero con la suficiente distancia para rememorar dignamente desde un nuevo punto de vista al boxeador y al soldado más famoso de la década. Los mercenarios, sigue la estela empezada por estas dos secuelas, ampliando su homenaje a todo el cine de acción lleno de testosterona, músculo, de hombres y para hombres.

Como las películas a las que homenajea, el guión es un mero vehículo por el que van pasando las escenas de acción. Tiros, explosiones, cuchillos voladores, sangre, hostias etc… Los divertidos diálogos son pretendidamente ridículos. La dirección y el montaje es tosco y feo. No importa que una secuencia pise a la otra sin mayor sentido del ritmo, o que las escenas de acción estén montadas a base de múltiples planos cortos que requieren toda la concentración del espectador para entender que está pasando. O que haya subtramas totalmente innecesarias que sólo sirven para enfatizar la superioridad del macho ante su novia. Simplemente lo que queremos ver es a un grupo de actores de acción haciendo lo que mejor saben.

Dentro y fuera de la película, Stallone reúne a las más carismáticas estrellas del cine de acción de las últimas décadas. Dejando para los más jóvenes la mayoría de escenas de lucha cuerpo a cuerpo. Mientras que su personaje queda relegado a una posición de liderazgo que ve como ya no tiene la forma física de sus mejores tiempos.

Por si fuera poco, la película nos regala una escena, llena de diálogos con doble lectura, en la que se reúnen Stallone, Arnold Schwarzenegger y Bruce Willis. Tres de los más grandes héroes de acción de los 80, juntos por primera vez en una película. Sólo esto vale el precio de la entrada para aquellos que andamos en la treintena.

Lluís Alba

Killers

La anterior película de Robert Luketic, La cruda realidad, era una comedia romántica sencilla, un pasatiempo ligero destinado mayoritariamente al público femenino (a ser posible sin pareja).

Killers viene a ser lo mismo pero aderezado con un componente de espionaje. Su similar premisa a la reciente Noche y día (el espionaje entre estudios cinematográficos sí sería algo digno de documentar en uno o dos films) parece indicar que se ha construido a toda prisa para aprovechar el tirón comercial de la película protagonizada por Tom Cruise. Y, el primer borrador inacabado, es lo que acaba siendo plasmado en el film.

Por lo que el nivel es similar al de Luna nueva (de la saga Crepúsculo, of course), una película en la que no pasa nada y sólo apunta destellos de lo que podría haber sido de caer en manos de alguien más competente o con más tiempo de elaboración.

Sólo las secuencias en la que aparecen vecinos corrientes convertidos en espías, que guarda ciertas similitudes con los propios de Jim Carrey en El show de Truman o el carisma de Tom Selleck parecen salvarse de la quema. ¡Ah! y, también, los músculos de Ashton Kutcher para las féminas, en definitiva al público al que va dirigida la película.

Lluís Alba

Phillip Morris ¡Te quiero!

Basado en hechos reales, como las películas de Antena 3 en la sobremesa de los fines de semana, la película narra las peripecias de Steven Russell, uno de los mayores timadores de la historia de los EEUU. Un estafador que no tiene nada que envidiar al Frank Abagnale Jr. de Atrápame si puedes.

Steven Russell guarda ciertas similitudes con el personaje que también encarnó Jim Carrey en Mentiroso compulsivo, salvo que aquí no hay fantasía ninguna que le obligue a decir la verdad. Bajo su punto de vista, la película narra una serie de fechorías, mostradas sin maldad. Más bien al contrario, pues sus estafas son tanto para beneficio propio como para sus allegados: su amado Phillip Morris, su ex mujer e hijos.

El film no deja de ser una caricatura de unos hechos reales, que debieron ser más bien dramáticos. No es de extrañar que se haya escogido a Jim Carrey, más humorista que actor para deformar la vida real de Steven Russell. Los arquetípicos personajes ayudan a contrastar sus personalidades, enfatizando el tono de comedia: La ex mujer de Russell, se nos muertra como una católica que acepta todas sus desgracias al ser designio del Señor; Phillip Morris, es todo un ingenuo, el antagonismo perfecto que completa a Russell; mientras que este se retrata como un estafador compulsivo pero convencido de estar haciendo lo correcto.

No es de extrañar que Glenn Ficarra y John Requa, sus directores y guionistas, hayan participado en films como Bad santa, Una pandilla de pelotas o Como perros y gatos. Películas comerciales con un tono subversivo, que, como en Phillip Morris ¡Te quiero! no acaban de decantarse hacia ninguno de los dos lados.

Lluís Alba

dijous, 12 d’agost del 2010

Origen

El origen del cine ha estado vinculado con el ilusionismo. La capacidad de crear una realidad ficticia en la que se tiene el dominio sobre el espacio y el tiempo, otorga a los directores la capacidad de sentirse como dioses. Incluso el cine más convencional, ofrece saltos temporales y espaciales que aceptamos como algo natural, igual que en nuestros sueños. Pudiéndose establecer fácilmente, un silogismo entre los sueños y el cine. El Origen de Nolan es un estudio de ese paralelismo entre dos mundos ilusorios, entre ese poder de la mente y del cineasta.

Desde la perspectiva de un thriller de acción mainstream, Nolan toma referencias de todas sus filias cinéfilas, las copia y las monta para crear un nuevo ente original. Si en los sueños mezclamos recuerdos de nuestras experiencias, Nolan hace lo mismo en su película. Encontramos referencias explícitas a Matrix, Dark city, James Bond, Heat, Paprika, eXistenZ, El almuerzo desnudo y, (casi inconscientemente, como en un sueño) a Shutter island.

Leonardo DiCaprio nunca podrá agradecerle suficientemente a Martin Scorsese que le haya convertido en una de las apuestas seguras para la cartelera en la última década. Cuando su carrera parecía que iba a caer por la borda por culpa de un ego de niño malcriado, recibió la severa educación de Scorsese durante el rodaje de Gangs of New York. Desde entonces, su imagen de ídolo para quinceañeras ha ido evolucionando hasta conseguir que su sola presencia insufle una mínima reputación de respeto hacia el producto en el que aparece. Tanto es así, que sin su participación, Nolan no hubiera conguido el presupuesto necesario para rodar Origen.

Como en un sueño en lo que todo sucede sin tiempo para cuestionarnos como hemos llegado allí, Origen comienza cuando el tren ya está en marcha. Su constante ritmo no permite bajar la atención hasta ese plano final, convertido ya en un referente cinéfilo para la posteridad.

El gusto de Nolan por la alteración temporal narrativa está presente en toda la película, que no deja de ser un gran flashback contado dentro de un sueño. Y su extenso tramo final está narrado mediante cuatro secuencias en paralelo con diferentes reglas temporales. Toda una referencia cinéfila más a los montajes en paralelo habituales de los thrillers policiacos en los que el director ajusta el tiempo del metraje a las necesidades de la película.

La propuesta metafísica de Origen no es tan radical como la presentada por Jim Jarmusch en (la reciente) Los límites del control. Pero, al menos llegará un mayor número de espectadores.

Lluís Alba