Película coreana que combina con éxito fantasía, acción, humor y romance. Lo más parecido que he visto a, la ya clásica, Una historia china de fantasmas.
Son más de dos horas de peli a un ritmo frenético, con saltos temporales en la historia y en la narración. Escenas mostradas desde dos puntos de vista, diálogos, situaciones y personajes divertidos. No es que sea demasiado original, pues toma elementos tan populares como la saga Matrix y su conocida secuencia de la autopista, pero sabe mezclarlo para ofrecernos un producto original y divertido.
Una cartelera como la española dominada por el cine norteamericano, dificulta la presencia de cine de calidad de otros países. Lo poco que nos llega debe ser seleccionado por las pequeñas distribuidoras que deben escoger entre lo mejor que pueden, por lo que la llegada a nuestra cartelera de directores reputados coreanos como Bong Joon-ho, Park Chan-wok o Kim Ki-duk, parece asegurada. Así que, cuando en un festival como Sitges vean aparecer una cinta coreana, no lo duden, la calidad está asegurada.
Lluís Alba
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