Curtido como director en las películas de Shin Chan, Keiichi Hara presenta con Colorful su segunda película alejada del popular personaje.
Se trata de un anime distinto al estereotipo habitual de la animación japonesa. No tanto formalmente; pues el estilo de dibujo, la animación y la ambientación en un instituto de secundaria es de lo más habitual; si no más bien en un tratamiento adulto y sin tapujos del argumento.
A partir de una premisa tan manida como la de El cielo puede esperar, vemos como un recién fallecido debe volver a la vida en el cuerpo de otra persona que se ha intentado suicidar. Esto nos servirá para analizar las relaciones (familiares y de amistades) de un joven japonés de hoy en día. Por lo que sorprende ver una película más bien intimista, que nos habla de la ausencia de diálogo entre personas que viven bajo un mismo techo, del consumismo adolescente o del aislamiento social.
Lluís Alba
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