Curiosa película de comedia negra, en la que pululan una serie de personajes surrealistas. Hilvanando momentos delirantes como si de un programa de Muchachada Nui se tratara.
Igual que en los programas de Joaquín Reyes, no todo causa la misma gracia, ni a todos causa gracia, y cuesta digerir de un tirón. Pero sus altibajos no son nada comparado con la expectación ante la siguiente idea que se les puede ocurrir a los responsables de la peli. Empezando con la negra premisa de 20 mujeres despedidas por el cierre de una fábrica, que deciden juntar sus finiquitos para contratar a un asesino que mate al patrón.
Bajo la crítica de las grandes multinacionales en las que nadie sabe quién es el jefe, ni mucho menos dónde está, la película se convierte en una road-movie europea absurda en la búsqueda de alguien a quién matar. Por el camino se tocan todos los temas tabú de la sociedad occidental: se hace humor del cáncer y de otras enfermedades terminales, del atentado de las Torres gemelas, de Jesucristo, de los ecologistas, incluso hay una escena en las que se asesina a un bebé para que se calle. ¡Menos mal que Jordi Basté y Concha García Campoy no se han enterado!
No es una película fácil de digerir, en ocasiones causa risa por los gags ingeniosos, a veces por ver algo tan absurdo y sin sentido. Por cierto, si os decidís a verla y os gusta lo suficiente para aguantar hasta el final, merece la pena esperar para ver una última escena tras los créditos.
Lluís Alba
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