dijous, 16 de setembre del 2010

Adèle y el misterio de la momia

Luc Besson amado y odiado a partes iguales, tuvo sus mayores éxitos cinematográficos en la década de los 90, con Nikita (personaje de éxito que contó con remake americano y dos series), Leon: El profesional (probablemente su película más redonda) y El quinto elemento (todo un éxito gracias a su reparto internacional). Siguió combinando la dirección con una serie de producciones de acción exitosas: las sagas Taxi y Transporter o la película Venganza. Últimamente ha dedicado sus esfuerzos en dirigir la trilogía infantil empezada en 2006 con Arthur y los Minimoys. Su hiperactividad, le ha permitido encontrar tiempo para rodar la adaptación del cómic de Jacques Tardi: Las extraordinarias aventuras de Adèle Blanc-Sec.

La película adapta el primer y cuarto álbum del cómic en el que se basa. Como es habitual, el guión se modifica para ajustar el contenido a una historia auto-conclusiva, olvidando la idea de serial folletinesco que evoca el cómic de Tardi. Nada que reprochar, más allá que una serie de televisión parecía lo más indicado para adaptar las aventuras de Adèle Blanc-Sec. Tampoco habría que reprochar la fusión de personajes, seguramente excesivos para una fácil compresión de un público menos exigente que el lector de cómics, capaz de parar la lectura y volver atrás cuando es necesario.

Pero llega un momento en que todos esos cambios son tan excesivos que cabría pensar si no era mejor plantearse una historia original en lugar de basarse en un cómic difícilmente adaptable, que acaba desvirtuándose. Mientras que el cómic de Tardi hace una de las más originales presentaciones de un personaje, cambiando su identidad durante una buena parte del primer número, en la película se vuelve de lo más convencional. Buscando desde un inicio una explicación lógica para todo elemento fantástico, cuando es algo que no requiere el film. La ironía que irradia el cómic desaparece por la apuesta de Besson por un humor tontorrón, más parecido a las recientes adaptaciones en carne y hueso de Astérix.

Cuesta entender que en un país como Francia, en el que los cómics están tratados con mayor respeto al que tenemos en España con cualquier novela, no encuentre una adaptación cinematográfica que se los tome en serio. Pues la película, salvo una dirección artística, un maquillaje destacable y el buen hacer de la actriz principal, acaba pareciendo más una parodia que una adaptación de una buena obra.

Lluís Alba

2 comentaris:

Anònim ha dit...

Estoy de acuerdo contigo Luis, una auténtica parodia, si conoces el comic, te decepciona bastante la adaptación que han hecho.
Saludos

alexmr ha dit...

"Cuesta entender que en un país como Francia, en el que los cómics están tratados con mayor respeto al que tenemos en España con cualquier novela, no encuentre una adaptación cinematográfica que se los tome en serio."

Sorprende doblemente no sólo por ese respeto al cómic, si no también por la (excelente) tradición cinematográfica de Francia. Sería lógico pensar que la unión de ambas filias daría un resultado interesante. Que pena. A ver si me leo los cómics!