dijous, 22 d’abril del 2010

Alicia en el país de las maravillas

Hace ya unos cuantos años que Tim Burton vive del recuerdo. De aquel cineasta que fue. Ahora forma parte de una gran maquinaria capaz de crear películas con el piloto automático, mostrando sólo reflejos de sus mejores momentos. Poco exigente con los guiones que le ofrecen (cada vez entiendo más como una incompatibilidad de ego, su desprecio por el guión de Kevin Smith para la no-película de Superman que se perpetraba en los 90), y menos aún con las exigencias de sus productores, a los que no les pone ningún impedimento cuando le obligan a modificar su película para un visionado en 3D. El éxito económico en las taquillas no le dejará ver el alto nivel de auto-parodia que se puede apreciar en Alicia en el país de las maravillas.

La película aburre en su mayor parte, y lo más triste es que lo único interesante de su argumento se muestra cuando Alicia no está en el país de las maravillas. Pues toda la idea de una especie de secuela de los dos libros de Carroll, no es más que un refrito de lo que ya hemos visto, sin ninguna nueva emoción. Quedando todo a merced de un diseño de personajes interesantes, pero insuficientes para aguantar todo un film. Uno de los pocos cambios remarcables de la conocida historia, consiste en darle un mayor protagonismo al Sombrerero loco, única y exclusivamente para reírle las gracias a Johnny Depp. Cargando la película en exceso de un personaje secundario, al que no le conviene nada su aumento de protagonismo.

Tratándose de una adaptación libre, es triste que la mayoría de buenas ideas no sean más que repeticiones de lo que ya se pudo ver en la versión de dibujos animados de 1951. El único cambio, el diseño de producción habitual en el cine de Burton hará las delicias de las Gothic Lolitas. A fin de cuentas son las que se gastarán el dinero en el merchandising.

Nuevamente en un film de Burton, los personajes malvados son los que tienen un mayor interés. EL Stayne de Crispin Glover y La reina roja de Helena Bonham-Carter, son los mejor construidos, tanto en su interior como en el exterior. Consiguiendo Tim Burton que su esposa tenga un look más raro a cada película que pasa.

Lo triste es que, tras ver la película, el único apunte interesante fue -OJO SPOILER DEL FINAL- cuando Alicia navega hacia China. Por fin finalizaba la eterna repetición de esquemas, ante la recién madurez de Alicia. Lástima que los créditos del final interrumpieran un film que empezaba a evolucionar.

Lluís Alba

1 comentari:

Anònim ha dit...

Fíjate que pensaba que esta iba a tener una buena crítica, total al final no me he perdido grancosa!!!
gracias como siempre!!