dimecres, 6 de febrer del 2013

Las ventajas de ser un marginado



En 1999 Stephen Chbosky publicó el libro The perks of being a wallflower y 13 años después él mismo se ha encargado de llevarlo al cine. El libro estaba estructurado en forma de cartas que escribía un adolescente de 16 años llamado Charlie durante su primer año de instituto. Un libro polémico en EEUU, pues era un tema atrayente para adolescentes que hablaba explícitamente de drogas, sexo, abusos etc...

El film abandona dicha estructura narrativa aunque sí hace un par de guiños en los que vemos a Charlie escribiendo las cartas. Un chico tímido con un trauma, que va surgiendo durante la película, se enfrenta a su primer año de instituto donde es ignorado por la mayoría de alumnos hasta que consigue relacionarse con un repetidor inadaptado y su hermanastra.

Es la típica película iniciática que no aporta demasiado nuevo, salvo para un público adolescente que pueda sentirse reflejado o para algún nostálgico que se acerque peligrosamente a los 40 y desee rememorar sus años adolescentes de principios de los 80 en los que se ambienta la película. Pero si no existe un interés especial por el argumento, la película está llena de tópicos que pueden echar para atrás al resto del público.

A una dirección plana, típica de telefilm, le sumamos algunos detalles que pueden hacerla odiosa: como que el protagonista inadaptado sea un guaperas y no tenga la imagen del empolloncete que representa o que los despojos sociales del instituto sean al mismo tiempo los triunfadores actores de la representación de The horror picture show del pueblo.

Solo se salva de la quema las interpretaciones del trío protagonista, sobretodo la de Ezra Miller y Emma Watson. Logan Lerman no está mal, pero se echa en falta que Jesse Eisenberg sea demasiado mayor para un papel que le venía perfecto.


Lluís Alba
www.zumbarte.com