dimecres, 21 de novembre del 2007

3 agujas

Con 2 años de retraso nos llega a las carteleras esta película compuesta por tres historias con el SIDA como hilo conductor.

Se estrenó en el festival de Toronto del 2005 con buena acogida por parte de la crítica. Su director, Thom Fitzgerald, nacido en Nueva Jersey pero afincado en Canadà, donde suele tener buenas críticas y cierto prestigio. Pero fuera de ahí su repercusión, es casi nula.

3 agujas es su película más conocida hasta el momento. Ha conseguido reunir a un reparto de caras conocidas gracias al tipo de proyecto. Pues han tenido que rebajar su caché para poder participar en el film: Chloë Sevigny (la musa indie por excelencia desde Kids), Lucy Liu, Shawn Ashmore (Bobby Drake en X-men), Olympia Dukakis, Sandra Oh (vista en la, primero, sobrevalorada y, después, vilipendiada Entre copas), Stockard Channing (inmortalizada para siempre por ser Rizzo en Grease).

Podría decirse que es similar a Babel, pues nos muestra un mundo globalizado, esta vez por una enfermedad mundial. Aunque aquí sus tres historias son independientes. Primero vemos la protagonizada por Lucy Liu en la China rural, dónde interpreta a una mujer embarazada que va comprando sangre por los pueblos. Y como una aguja infectada es la responsable del contagio masivo en uno de los poblados. Después está la historia protagonizada por Shawn Ashmore, en la que es un actor porno en Canadá afectado de SIDA y tiene que hacer trampas para pasar los controles. Y, finalmente, la protagonizada por Chloë Sevigny en Sudáfrica, una monja que se sacrifica para cuidar a niños y enfermos.

El gran mérito de esta película es volver a poner el SIDA en primer plano en los tiempos actuales. Una enfermedad de la que no se paraba de hablar en los 80, pero poco a poco a quedado diluida en los medios de comunicación, y casi parece que no exista. Por eso es importante que haya películas como esta, aunque, desgraciadamente, no tendrá una gran repercusión en el público en general al ser una película minoritaria, de las que la gente rehuye porque prefiere el cine como evasión y no como reflexión.

Lluís Alba