Aclamada y vitoreada por público y crítica nos llega esta nueva entrega de Batman de Christopher Nolan. Superando el éxito comercial de Batman begins y siendo una de las más taquilleras de la historia.
La película no defraudará a todos los que les gustó Batman begins, y yo me siento incapaz de decir cuál de las dos es mejor, pues la primera me sorprendió más porque no sabía que esperar, y esta es una continuación en la misma línea realista del universo del murciélago.
El guión, escrito por el propio Nolan junto a su hermano tiene la virtud de que no hay ninguna escena baladí, incluso cuando creemos que algún tema está cerrado, lo vuelve a usar más adelante favorecer y cohesionar el argumento. Es un recurso aparentemente fácil, pero bien utilizado resulta muy efectivo. Personalmente me gusta el detalle del tipo que descubre la identidad de Batman y pretende chantajearlo a través de Lucius Fox, este zanja perfectamente el tema. Pero, hacia el final de la película vuelve a salir este personaje que ya habíamos olvidado para una nueva secuencia en la que El Joker consigue amenazar a la ciudad y Bruce Wayne convence al chantajista de su bondad. También vemos usar el mismo recurso, con la idea de un teléfono móvil con radar que Lucius Fox deja en el edificio del mafioso chino utilizado al final de la película para crear un radar que rastrea toda la ciudad, que viene a ser el Oráculo del cómic.
Como único defecto de la película está algunas lagunas en el guión, pero las olvido y perdono perfectamente porque sirven para el avance de la película. Como dejar al Joker encerrado en la prisión con un policía dentro vigilando, facilitando su fuga. O que la amenaza de cortar los puentes y carreteras de Gotham provoque tan casualmente que llenen un ferry lleno de convictos, cuando lo más fácil hubiese sido poner más seguridad en la cárcel y no moverlos de allí.
Aunque esto sirve para mostrar una de las múltiples metáforas que nos muestra la película. Mientras en un ferry lleno de correctos ciudadanos deciden por democracia votar a favor de matar a los convictos, pero nadie se atreve a realizar lo decidido democráticamente, en el de los convictos, por dictadura del más fuerte se decide no matar a nadie.
De lo más destacado de la película está la interpretación que Heath Ledger hace de El Joker. No sabemos si los premios que conseguirá serán gracias a su muerte o al haber creado a un personaje tan distinto al que creó Jack Nicholson. Pero tanto su interpretación como la definición que da del personaje el guión, hace que este se convierta en la estrella de la película. Así como en la película de Tim Burton el origen del personaje quedaba bien definido, aquí es todo lo contrario y se crea un misterio que nadie sabe resolver. Además sirve como utilización de una broma recurrente a lo largo de la película en la que El Joker le cuenta a cada persona su origen de un modo distinto. También es impactante su primera aparición ante los mafiosos, con un truco de magia gore con un lápiz, y cómo se burla en la cara de ellos a cada momento.
El otro villano de la función, Dos caras, en el que vemos perfectamente todo el proceso de creación del personaje. Tanto el trasfondo del personaje como su creación visual, deja como una broma de mal gusto al Dos Caras que interpretó Tommy Lee Jones en Batman forever.
Más de dos horas y media de película que se me pasaron volando, y una de esas películas en las que apetece reflexionar sobre ella y volverla a ver para captar más matices, demostrando que se puede hacer películas de acción entretenidas pero con contenido.
Lluís Alba
dijous, 28 d’agost del 2008
El caballero oscuro
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1 comentari:
Estoy de acuerdo con todo lo que has escrito. Para mi, una de las mejores peliculas que he visto jamás... (vale, vale, soy fan de batman)
Tanto la primera, como esta son para enmarcarlas.
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