divendres, 20 de febrer del 2009

Slumdog millionaire

Si algo tiene Danny Boyle es que no dirige una misma película dos veces. Variando de género y de estilo entre una y otra. Incluso cuando ha logrado éxitos como con 28 días después, no ha dudado en ningún momento de que él no debía dirigir la secuela. En esta ocasión se ha permitido el placer de poder rodar una película en la india, de bajo presupuesto.

Slumdog millionaire estuvo a punto de estrenarse directamente en DVD, debido a su bajo presupuesto y ausencia de estrellas mediáticas. Pero no es de extrañar el éxito obtenido en Hollywood. Pues es una historia de las que suele gustar al público medio de los EEUU, una historia de superación personal con final feliz, donde el amor prevalece por encima de todo.

Con una propuesta original: Jamal, un joven indio de los suburbios accede al concurso ¿Quién quiere ser millonario? Con poco bagaje cultural, todos se preguntan cómo es capaz de responder correctamente a todas las preguntas del Sobera hindú, y se le acusa de hacer trampas. Así la película nos narra a modo de flashbacks, segmentos de la vida de Jamal evocados por las preguntas del concurso.

Cada segmento nos muestra una historia de superación por la que Jamal ha tenido que pasar en su vida, junto a su hermano Prem. Ambos han vivido en el mismo ambiente, pero mientras Jamal siempre ha sido bueno, su hermano no lo es tanto. La película es algo moralista, Jamal supera sus adversidades con suerte o con su bondad, acaba teniendo la recompensa de ganar un concurso televisivo, indicándonos que si se desea triunfar en la vida es mejor ir por el lado bueno, cuando la realidad nos muestra todo lo contrario. Incluso, aunque parezca que su objetivo sea hacerse millonario (como cualquier concursante), a él no le mueve el dinero para progresar en el concurso, si no el amor por Latika.

Sin llegar a ser un retrato de la realidad de Bombay (incluso se la ha querido comparar con Ciudad de Dios), sí que se aprovecha para mostrarnos pinceladas de la sociedad hindú a través de sus flasbacks: revueltas de fanáticos anti-islámicos, contraste abismal entre la pobreza y la riqueza, el avance tecnológico de las telecomunicaciones y los bailes de Bollywood. Mostrándonos una sociedad dónde es difícil encontrar a alguien decente, siendo Jamal un extraño entre las demás personas.

Lluís Alba