diumenge, 1 de febrer del 2009

El curioso caso de Benjamin Button

El curioso caso de Bejamin Button es una de las películas más emotivas de los últimos años. Con la excusa del decrecimiento de Button, nos hace una reflexión sobre la vida desde otro punto de vista al que estamos acostumbrados. Además de la acostumbrada buena dirección de Fincher me gustaría destacar el excelente guión de Eric Roth, lleno de frases inteligentes en los pensamientos de un Button, algo que no debe ser fácil para poder representar lo que nos dice alguien es anciano y joven a la vez.

Aunque se haya querido comparar a Forrest Gump, por tratarse del mismo guionista, hay diferencias abismales en el tratamiento del personaje y de la historia entre ambas películas. Forrest Gump aprovechaba una historia personal de superación para relatar hechos de la historia de los EEUU. Aquí la historia se centra en las vivencias de una persona que tiene que aprender lo mismo que todos en la vida pero en circunstancias diferentes. Sí aparecen pinceladas de la historia de los EEUU, pero no son tan determinantes como en Forrest Gump.

Visualmente la peli se podría disfrutar sin escuchar ni un diálogo, y ya sería una maravilla. Además del perfeccionismo técnico que hace creíble ver a un Brad Pitt en varias edades, también cabe destacar las imágenes de David Fincher y todo el equipo artístico. Cómo en aprovecha los elementos inertes en algunas escenas para mostrarnos perfectamente un sentimiento. A bote pronto recuerdo el comedor vacío en el hotel dónde se había reunido cada noche con su primer amante, el piano sin la señora que le enseñó a tocar. También me gustaría destacar la secuencia de un accidente de coche, mostrada sin accidente para que nos imaginemos algo mucho más trágico que si lo viéramos directamente en la pantalla.

Si sin escuchar un sonido la peli es una maravilla, si le sumamos los diálogos, llenos de frases que dan ganas de volver a ver la película para apuntarlos en una libreta, convierte a esta película en una de las obras maestras del año. Con un guión que sabe tocar la fibra sensible sin entrar en dramatismos facilones. Y deja a uno deseoso de ver Slumdog millionaire de Danny Boyle para ver cómo es una película que ha arrebatado (hasta ahora) los mayores premios a la de Fincher.

Lo único que lamento es que la peli no se extienda más en los últimos años de Button, hubiera sido interesante ver más detenidamente a un joven veinteañero o quinceañero pero con la sabiduría de un anciano dentro.

Lluís Alba

1 comentari:

Anònim ha dit...

Me ha gustado mucho tu comentario, no sabía si ir a ver esta película o no, porque tenía pinta de rollo sensiblero, pero quizás me anime después de todo, me llevaré un buen paquete de pañuelos, por si acaso.
Gracias.