dijous, 12 de febrer del 2009

Viernes 13 (1980)

Viernes 13 (1980) – Friday the 13th
Sean S. Cunningham

Sean S. Cunningham, junto al guionista Victor Miller, son los que ostentan el honor de haber iniciado esta saga cinematográfica. Cuninngham fue productor de la película de Wes Craven: La última casa a la izquierda. Tras dirigir un par de películas de comedia sin mucho éxito, vio que una película de terror como Halloween (de John Carpenter) tuvo éxito y se decidió a hacer una película similar a partir de la superstición anglosajona del Viernes 13. Encargó a Victor Miller que elaborara un guión parecido a Halloween, y este se fue a verla al cine a tomar apuntes, fijándose en los elementos principales para que funcione una peli de terror slasher: Abrir la película con una escena impactante, muchos asesinatos en cadena con arma blanca preferentemente y matar a los que practican sexo mientras la joven virgen debe quedar viva hacia el final de la película.

Para esta primera película se contó con una serie de jóvenes actores desconocidos en la época, de los cuales sólo Kevin Bacon ha seguido teniendo éxito como actor hasta nuestros días, y también destaca la presencia de Harry Crosby, hijo de Bing Crosby.

Entre los actores adultos, está Betsy Palmer, que interpreta un papel decisivo, la madre de Jason Voorhees. Palmer aceptó el papel porque necesitaba el dinero para comprarse un coche, pensando que sería una película que pasaría desapercibida por el público. Durante años renegó de la película, pero en la actualidad es todo lo contrario, pues es su papel más famoso y acude asiduamente a convenciones de cine de terror.

Uno de los artífices del éxito de la película es Tom Savini, el creador de los efectos especiales, que ya había tenido éxito recientemente Zombi de George A. Romero. Fue el artífice de efectos especiales novedosos como la muerte de Kevin Bacon, atravesado por el cuello desde debajo de la cama. Una secuencia que debía rodarse en una sola toma, y Savini estaba debajo de la cama preparado para bombear la sangre en el momento adecuado, pero la bomba se estropeó, y Savini tuvo que ingeniárselas rápidamente para soplar y hacer que la sangre saliera del cuello de Kevin Bacon, provocando que Savini quedara totalmente empapado de sangre.
También fue improvisado sobre la marcha el aspecto de Jason niño, pues la escena final no aparecía originalmente en el guión, ni se había pensado en un inicio que fuera deforme.

Harry Manfredini, fue el creador de la música tan característica que acompaña a la saga (una peli de terror no sería nada sin una música que pueda recordar al asesino). Lo que suena como Ki, ki, ki, mah, mah, mah, está sacado de la frase de la película Kill her, mommy (Ki, de Kill y mah de mommy) que dice con voz de niño la madre de Jason, como si este hablara a través de ella.

Ari Lehman, a sus 13 años, tuvo el honor de haber sido el primer actor en interpretar a Jason Voorhees. Ya había colaborado con Cunningham en la comedia: Manny’s Orphan, y su carrera como actor desapareció en esta película para dedicarse a la música con su grupo reggae Ariben moses band y prepara un proyecto de rock basado en la mente de Jason en Viernes 13 1ª parte (sic). Recientemente también ha vuelto a aparecer como actor en películas de terror de bajo presupuesto como ThanXgiving y Hell-ephone.

La película fue rodada durante 28 días, en Blairstown, pequeña ciudad de Nueva Jersey y se utilizó un campamento real de Boyscouts llamado Nobebosco.
La clave principal del éxito de la película cabe buscarla en la buena distribución que hizo Paramount en los EEUU (Warner se encargó de distribuirla en el extranjero), promocionando masivamente por primera vez una película de este tipo y distribuyéndola a más de 1.000 cines. Fue un éxito del verano de 1980, superando en espectadores a películas como El resplandor o Vestida para matar.

Aunque fue duramente tratada por la crítica, su recaudación final de 39 millones de dólares (contra los 700.000 que había costado), hizo que no se dudara ni un segundo en producir una secuela.

Como película también hay que reconocerle sus méritos para el éxito: Un inicio impactante, el rótulo del título rompiendo un cristal, una música bien característica, buenos efectos especiales en escenas impactantes, saber crear suspense en el que no sabemos quién es el asesino hasta el final de la película, haciendo uso de la cámara subjetiva para crear tensión. Y un final que tiene muchas influencias de Psicosis de Hitchcock, siendo una variante curiosa en la que es la madre quién se hace pasar por el hijo y no al revés como Norman Bates.

Lluís Alba

Si quieres leer sobre el resto de las secuelas clicka aquí

2 comentaris:

Anònim ha dit...

t´as lluit,Lluis.
Tot aquesta tesina sobre viernes 13 està de puta mare.
felicitats
Marc M.

Anònim ha dit...

t´has (amb h) perdó