Los motivos que me llevaron a ver esta película fueron más aleatorios que racionales. Pues, Entre nosotros, ha sido la única película estrenada esta semana en Sevilla (las dobladas las obvio, por supuesto). Además, escogí el día del partido España-Portugal y, dado que en Sevilla parece haber más afición por esta selección que por sus equipos de club, estuve solo en la sala de cine.
Para mi sorpresa, me encontré con una de las mejores películas que he visto últimamente. Sin llegar a ser una obra maestra, parece que su directora, Maren Ade, ha sabido adoctrinarse bien de la influencia de Bergman. La sensación de estar viendo una versión libre de Secretos de un matrimonio planea durante buena parte del metraje. Las comparaciones son odiosas (pero como Maren Ade ha ido diciendo por ahí que la película de Bergman ha sido uno de sus referentes) así que la diferencia que hay entre la película del director sueco y Entre nosotros es la que separa una obra maestra de una gran película.
Durante unos días de vacaciones, se resume perfectamente la relación entre una joven (y pija) pareja y todos los problemas que pueden tener. Entrando en la madurez, comienzan a plantearse su existencia, tanto personal como entre ellos. Su diferencia de carácter y de gustos, harán plantear tanto a ellos como al espectador si tiene sentido que sigan juntos. Aunque en ocasiones es llevado al extremo, se escenifica perfectamente la realidad que hay entre la mayoría de parejas. Ni las dos personas son iguales ni hay un solo modo de llevar la relación.
Si bien la dirección es bastante convencional, lo que sí consigue Maren Ade es adecuar lo suficiente a los actores protagonistas para crear una sensación de realismo en sus diálogos que te hacen sentir cierta vergüenza por estar cotilleando demasiado en la vida íntima de esta pareja.
Lluís Alba
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