Será por nostalgia que Michael Bay lleva una década produciendo remakes de clásicos del terror de los 70 y 80. Será por nostalgia que este Freddy Krueger me resulte más falso que –parafraseando a Super López- un programa del Iñigo.
Tampoco ayuda que me la haya tenido que tragar doblada. Ni que Freddy Krueger comparta doblador con el padre de Laura en Cosas de casa (para más inri, hay un diálogo demasiado parecido a la coletilla de la serie: -Uno, dos y tres, no me enfadaré).
Como ya ocurrió en la segunda mitad de la primera parte del remake de Halloween, la película se limita a aprovechar la mayoría de secuencias que inmortalizó Wes Craven en 1984. Además de aportar a modo de déjà vu algún escenario común de sus secuelas (como es el bar en el que trabaja Nancy, mezclando así su personaje con Alice, la heroína de la cuarta y quinta entrega).
El único atisbo de originalidad se debe a unas pequeñas secuencias sobre el pasado de Freddy (o no tan pequeñas para las “mentes pensantes” que han colocado la coletilla de El origen en su título español), con el sutil cambio sobre los motivos que llevaron a los padres a quemarlo en vida. Y también, un inicio que, emulando a Psicosis, nos hace creer que la protagonista es otra persona.
Probablemente el maquillaje de Jackie Earle Haley simule mejor la cara de un quemado, pero el verdadero Freddy Krueger llevará siempre el rostro de Robert Englund.
Lluís Alba
1 comentari:
Ésta es que no la pienso ver!!!!de verdad, intentar sacarle partido!!! dejadlo estar como acabó en su momento bien estaba!!!, en fín!!!
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