divendres, 14 d’octubre del 2011

Festival de Sitges (9) 14-10-2011


Ya se acerca el último fin de semana de Festival. Las salas vuelven a estar concurridas, incluso se han agotado las entradas de más de una peli matinal.


JUAN DE LOS MUERTOS (2011) de Alejandro Brugués

Co-producción entre Cuba y España que, como su título indica (en fondo y en la forma de aparecer en los créditos iniciales), emula lo que ya hicieron Edgar Wright y Simon Pegg en Zombies party (Shaun of the dead, 2004).

La principal diferencia está en su localización, pues toda la acción transcurre en Cuba. Es una película divertida en su mayor parte y, además de zombies, también abunda una fuerte crítica a la Cuba de Fidel Castro, sin dejar de lado a los españoles (sobre nuestro patético sistema escolar, entre otras cosas) y a estadounidenses (Guantánamo se vislumbra como principal foco de infección zombie).

Para los más despistados en política, la película también tiene sus toques paródicos de otros films de género, tanto de terror como el cine de acción oriental.

A pesar de haber recibido un montón de subvenciones (entre las que se cuentan del gobierno de España, TVE, Junta de Andalucía y Canal Sur), el presupuesto no parece demasiado holgado, y la factura formal es de serie B. Y, como toda serie B que se precie, consigue su principal cometido: entretener sin demasiadas pretensiones.


EL PÁRAMO (2011) de Jaime Osorio Márquez

Esta mañana me ha tocado ver otra coproducción entre España y diversos países latinoamericanos (Colombia y Argentina), que está a las antípodas de lo que representa Juan de los muertos.

La factura formal de esta película es muy superior y, dentro de las limitaciones presupuestarias, no tiene nada que envidiar a cualquier película de Hollywood. Para ello abusa de primerísimos planos, que sirven tanto para crear la carga atmosférica de terror psicológico, como para evitar que se note demasiado que el presupuesto no es el de las grandes producciones norteamericanas.

Pero, como he dicho al inicio, representa todo lo contrario a Juan de los muertos, mientras aquella era divertida y entretenida, esta película es un aburrimiento total de principio a fin. Para colmo, los diálogos de los intérpretes colombianos, con un lenguaje demasiado local, tampoco ayudaban a entender demasiado, suerte de los subtítulos en inglés que ayudaban a seguir el hilo. El pretendido suspense no aparece por ningún lado, a pesar del alto volumen de la aturdidora banda sonora.

Buen ejercicio formal que le dará a Jaime Osorio Márquez la posibilidad de encontrar nuevos trabajos como director. Ahora solo hace falta que deje crear la historia a un guionista competente.


APOLLO 18 (2011) de Gonzalo López-Gallego

Entraba con miedo a la sala de El retiro, donde proyectaban la película del director de (la recomendable) El rey de la montaña (ídem, 2007). Pues el periódico gratuito que regala el Festival de Sitges la anunciaba como una película similar a El páramo.

Por suerte, el que escribe en dicho periódico, probablemente no haya visto ninguna de las dos películas, pues nada que ver tienen una con la otra. Apollo 18 no será excesivamente original, de hecho se podría definir como un cruce entre El proyecto de la bruja de Blair (The Blair witch project, 1999) de Daniel Myrick y Eduardo Sánchez y Alien, el 8º pasajero (Alien, 1979) de Ridley Scott, pero sí consigue mantener el suspense durante todo el metraje y tiene buenos golpes de efecto terroríficos (eufemismo para susto).

López-Gallego entró en el proyecto cuando este ya estaba en marcha. De hecho la promoción viral del film obvió totalmente su nombre para tratar de vender la película como un hecho real (aunque ha estas alturas ya nadie cae en estos juegos, si no es por pura diversión), incluso le prohibieron conceder entrevistas hasta que no se estrenó el film en EEUU.

Lluís Alba