Después de dos películas con un tono de tragedia, casi como si de una ópera se tratase, Harve Bennett y Leonard Nimoy decidieron dar un cambio de rumbo hacia una comedia más ligera. Para ello hay una ausencia de enemigos contra los que luchar y los protagonistas realizan un viaje a 1986, lo que siempre facilita el humor al contrastar diferentes culturas.
El equipo creativo continuó igual al de su predecesora, con Nimoy a cargo de la dirección y Bennett en la producción y en el guión, asesorado entre otros por Nicholas Meyer. Para seguir su continuidad con las dos anteriores partes, la película empieza con un resumen de lo ocurrido narrado por William Shatner.
Si en la anterior parte tuvimos el regreso del padre de Spock, en esta ocasión volvemos a ver a su madre, Amanda. Interpretada por Jane Wyatt, tal y como sucedió en el episodio de las serie original Viaje a Babel. Curiosamente Jan Wyatt había trabajado en Horizontes perdidos de Frank Capra en 1937 y, en esta película, Frank Capra III fue el ayudante de dirección.
También en Viaje a Babel, aparecían las razas de los Andorianos y los Telaritas, que pueden verse al inicio de la película en la sala del consejo de la federación.
Lo que más contrasta de esta película con respecto a las anteriores es, como hemos dicho, el uso del humor. Aunque el inicio del argumento es parecido al de Star trek: la película, con la Tierra amenazada por un peligro inminente (recurso que se volverá a utilizar en Star trek: Primer contacto), en lugar de embarcarse con el Enterprise hacia el espacio exterior, esta vez deben usar el ave de presa Klingon para viajar al pasado y traerse de vuelta una ballena para que pueda comunicarse con la amenaza.
Todo esto es aprovechado para introducir una serie de chistes a costa de la diferencia existente entre unos personajes del siglo XXIII con otros del XX. Podemos ver como Spock intenta usar la jerga de la calle sin mucho éxito, al ruso Chekov (todavía en la época de la guerra fría) preguntando a un policía dónde está la base naval con los buques nucleares, o el tópico del punk molestando con su radiocassette en el autobús.
También hay un mensaje ecologista evidente. Curiosamente William Shatner había tenido contactos con Greenpeace, y entre sus estrambóticas actuaciones fuera del cine y de la televisión, está un espectáculo de música con sonidos de ballenas mientras recitaba una poesía de D. H. Lawrence. Poemas que acabo introduciendo en la película.
Los habituales tripulantes del Enterprise, deben utilizar el ave de presa klingon para viajar al pasado porque su nave quedó destrozada en la tercera parte. Pero llegan a rebautizar la nave klingon como HMAV Bounty, en homenaje al barco que realizó el famoso motín, (cuya historia ha sido llevada al cine en varias ocasiones, cuya versión más famosa fue Rebelión a bordo, Lewis Milestone, 1962). Esto los vuelve a asociar levemente con las narraciones de batallas navales que introdujo Nicholas Meyer en Star trek II.
Aunque el Ave de presa klingon es el mismo de la anterior parte, se construyó nuevamente todo el puente de mando. El decorado de Jack Collis se hizo porque el puente aparecía mucho más en esta película. Por fortuna no fue un gasto considerable si tenemos en cuenta que se aprovehcó para tres películas más y para varios episodios de La nueva generación, Espacio profundo nueve y Enterprise.
Lluís Alba
http://www.zumbarte.com/cine/criticas/s/startrek/startrek.html#startrekIV
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