Si Leonard Nimoy había dirigido dos películas de la saga, William Shatner se propuso igualar a su compañero dirigiendo la quinta parte de Star trek. Por desgracia los resultados no estuvieron a la altura de su predecesor y, aunque vista con distancia la cosa no es tan grave, en su momento fue considerada la peor película de la saga.
Cierto es que no toda la culpa no fue de Shatner, el presupuesto sería de los más bajos de la saga, algo que se nota enormemente. Y un director con poca experiencia no podía esconderlo mucho mejor. Para ajustar presupuestos muchos decorados se aprovecharon de otras películas o de La nueva generación. Los extras que forman un ejército de alienígenas en Nimbus III, llevan la cara tapada con telas como si fueran árabes en el desierto, pues no podían producir tantas máscaras de látex. Esto fue aprovechado para enfatizar la analogía que hay en esta película con los fanatismos religiosos. También se aprovecharon decorados de otras películas que nada tenían que ver con Star trek o la ciencia ficción, como el decorado del hangar del Enterprise, que era el mismo del hall de El príncipe de Zamunda. Y como momento que provoca más sonrojo, está el uso de unos fluorescentes comunes como barras de energía para la celda de la nave. Ni en la serie original de los 60 habían caído tan bajo.
Además del presupuesto, muchas de las ideas de Shatner no fueron llevadas a cabo por no estar de acuerdo el creador de Star trek, Gene Roddenberry, como la idea de utilizar unicornios en lugar de caballos (cabría pensar que hubiese sido peor de no estar Roddenberry parando los pies a Shatner).
Siguiendo con la tónica de Star trek IV, las dosis de humor abundan en la película. Pero si en la anterior parte era algo discutible, aquí hay momentos alarmantes de vergüenza ajena, como Chekov soplando en el transmisor para hacer ver que hay viento o ver a Uhura disfrazada con unas plumas.
También hay ciertas incongruencias que despistan, y no me refiero a la aparición de un hermano de Spock que queda más o menos justificada, si no a ciertas actitudes de los personajes, como unos klingon que se rinden pidiendo perdón, en lugar de defender su honor hasta la muerte o incluso suicidarse.
David Warner, debutó en el universo trek como el sr. John Talbot. En Star trek VI fue un klingon y en Star trek: La nueva generación apareció como cardasiano en el memorable episodio doble: Cadena de mando.
Herman Zimmerman, fue el decorador y diseñador de producción de esta película. Su ardua labor para que la película no desentonase mucho a pesar del poco presupuesto fue premiada por los productores y siguió dándole el look a la saga en las siguientes películas, y en todas las series hasta Enterprise.
Y finalmente añadir que esta fue la última película en la que todo el reparto original formó parte de la tripulación del Enterprise, pues en Star trek VI Sulu pasó a ser capitán de la U.S.S. Excelsior.
Lluís Alba
http://www.zumbarte.com/cine/criticas/s/startrek/startrek.html#startrekV
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