Esta película pretendía comenzar una saga basada en unas novelas juveniles fantásticas escritas por Brian Helgeland. Pero parece que acabará en el olvido como La brújula dorada o Eragon.
No sé lo que pensaría de la peli si la hubiese visto con 13 años, pero lo que me queda claro ahora es que solo es digerible desde un punto de vista adolescente. En algunos momentos tiene el espíritu ochentero de películas como Una pandilla alucinante, pero, desgraciadamente no pasa de ser un superficial recuerdo para aquellos que añoramos una década en la que crecimos.
Quizás esperaba más de una película sobre vampiros y con un título que evoca a la mítica Freaks, la parada de los monstruos de Tod Browning. Así todo queda reducido a un mero entretenimiento para niños y adolescentes que pueden ir al cine con sus padres sin que les salpique la sangre. Y más si tenemos en cuenta que los vampiros de esta película se dedican a pelear con las uñas en lugar de morder con sus colmillos, como si se tratara de un espectáculo de Drag Queens en la gala de Las Palmas de Gran Canaria. Cierto es que las historias de freaks, mutantes y vampiros han servido como analogía para reclamar los derechos del colectivo gay, pero dudo que esta fuera la intención de la película… a no ser que haya algo más en el hecho que el adolescente protagonista acabe liándose con una chica que tiene rabo.
Paranoias aparte, lo poco que se puede destacar de El circo de lo extraños es un inicio que se atreve a parodiar (con cierta gracia) a El crepúsculo de los dioses de Billy Wilder y el empaque de credibilidad que aportan actores de renombre como John C. Reilly, Willem Dafoe, Salma Hayek o Ken Watanabe.
Lluí Alba
1 comentari:
Esta es otra cosa, es un poco rara, pero no está mal si vas a verla sin pretensiones, te entretiene un rato, y lo de loos vampiros con las uñitas jajajaja, que te voy a decir!!!
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