dimecres, 24 d’octubre del 2007

Brave Story


Animación menor

Es duro comprobar que el esfuerzo y los recursos utilizados en Brave Story (que goza de una dirección artística y de animación excelentes) quedan tan drásticamente desaprovechados en una cinta como esta producción japonesa cuyo destino natural parece ser el DVD.

Brave Story es un conglomerado mal mezclado de diferentes sagas que todos conocemos. El argumento, un niño que ha de reunir unas piedras mágicas en un mundo de fantasía para recomponer su estabilidad familiar en el mundo real, suena a un pastiche resultante de combinar El mago de Oz con Bola de drac con La historia interminable con El señor de los anillos con El viaje de Chihiro. No en vano el fantasma de Miyazaki planea sobre Brave Story adoptando parte de sus temáticas habituales y confiriendo una personalidad a sus personajes similar a los del maestro japonés. Pero el resultado final es mucho más impreciso, más infantil, menos denso, sin carga de profundidad, una aventura que no transmite emoción y sí una profunda sensación de deja vú .

Aparte del tópico argumento observamos un guión acelerado y con fallos tremendos que consiguen por si solos distanciarte de la historia. Por ejemplo, Wataru, el protagonista, abandona a su madre en el hospital al principio de la película sin saber a ciencia cierta cual es su estado. Además durante el desarrollo de la película aparecen personajes completamente desdibujados cuya función en la historia es todavía hoy un misterio.

Es interesante también observar como los productos infantiles tienden a obviar cualquier ayuda por parte de los adultos, haciendo el papel habitualmente de obstáculos cuando no de abierto enemigo, y obligando así al protagonista niño a soportar todo el peso de la responsabilidad (como sucede también en Harry Potter).

La parte final de la película es quizá la más pesada y retórica de la función. Como sucede en algún que otro anime todo empieza a estallar sin mucho sentido y la moraleja de la película se repite de forma tan obscena que ríete tú de Disney. Eso sí, el 3D está muy bien integrado en el 2D.

Alex Martínez Ruano

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