El premio a la mejor opera prima del festival de Venecia, recayó sobre esta película con un director de más de 50 años y protagonizada por mujeres octogenarias. Aunque Gianni Di Gregorio debuta en la dirección, tiene una dilatada experiencia como guionista y ayudante de dirección, sobre todo al lado de Matteo Garrone, que saltó a la fama recientemente por Gomorra. Esta vez Garrone acompaña a Di Gregorio como productor en Vacaciones de Ferragosto.
El cine de autor siempre tiene algo de autobiográfico, y esta película toma como punto de partida una situación real del propio Di Gregorio, de algo que podría haber sido y no fue. Pues se encontraba en un punto de partida similar al del personaje, cincuentón, con deudas, viviendo con su madre y algo alcoholizado. Su casero le pidió que se hiciera cargo de su madre durante las vacaciones de Ferragosto (el 15 de agosto) a cambio de perdonarle algunas deudas. Pero se negó por dignidad. La película muestra lo que podría haber pasado si hubiese aceptado la oferta.
Gianni Di Gregorio se interpreta a sí mismo y tiene que convivir durante unos días con su madre, la madre y la tía del administrador de la finca y con la madre de su médico de cabecera. Para hacerlo más creíble optó por escoger personas que no habían actuado nunca, dificultando que las escenas siguieran el guión preestablecido. Aunque lo imprevisible pueda parecer perjudicial para la película, esto le hace ganar mucho más en espontaneidad, realismo y una gran credibilidad de las ancianas, que son el auténtico motor de la función. También condicionó formalmente la película, pues Di Gregorio se vio forzado a usar la cámara en mano para filmar a las ancianas en cualquier momento, y cogerlas desprevenidas. Lo que le da un toque de documental, de película casera que podría haber filmado el mismo personaje y enseñarla a sus amigos para que vieran cómo se las apañó un verano conviviendo con cuatro ancianas.
Aunque tenga cierta apariencia de película improvisada, hay un guión y un gran trabajo de personajes. Lleno de pequeños detalles que enriquecen el universo particular de cada anciana: la que busca una affaire, la que desea comer lo que le prohíben, la que pelea por su televisor etc... Haciendo de Gianni un anfitrión que debe cuidar de las ancianas que, a su edad, no difieren mucho del comportamiento de unos niños traviesos. Un guión que nos hace reflexionar sobre la vida en la tercera edad, enfocado desde la comedia, que hacen que la hora y cuarto pase volando. No le falta ni le sobra nada, incluso tiene tiempo para la sutileza para darnos pinceladas de una posible homosexualidad de Gianni.
Si recientemente se estrenó Ángeles y demonios, y servía como un gran espot sobre la ciudad de Roma, Vacaciones de Ferragosto también tiene una pequeña secuencia en la que vemos Roma a lomos de una Vespa. Y si estas dos películas no son suficientes para incitarnos a visitar la ciudad eterna, siempre nos quedará la Champions.
Lluís Alba
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1 comentari:
que bien escribes guapo!!!!
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